Palmerismo: actividad ejecutada por palmeros, jaleadores.

Esta novela tiene un título en el que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Nunca en la historia reciente de España se habían cometido tantos errores de bulto en nuestra política exterior. No encontrarán calificativos suficientes para definirla.

Sánchez podría haber llegado a la conclusión de que a España le sobra la política exterior y que esta solo le interesa por su clave interna. Quizás tenga razón. Basta ver la CNN o la BBC para que no me acusen de radical. O ver a diario las noticias sobre el atentado terrorífico de Hamás —a las víctimas israelíes, su sufrimiento— y compararlas con las que se publican en España. Es como si viviéramos al otro lado del Telón de Acero. Como en los tiempos del franquismo, debemos acudir a radio Pirineos o a la BBC para comprender la realidad que ocurre en nuestro país. Nunca, desde los tiempos de Gabriel Arias Salgado, se había manipulado tanto en los medios la verdad para soportar la visión del prolífico autor del título.

Muy sucintamente, por no aburrirles, les voy a narrar la política de tierra firme del presidente, que más bien nos deja en tierras movedizas o inundables. Antes, un inciso: la política exterior no sería importante si tuviéramos petróleo, o autosuficiencia; si no tuviéramos que pedir créditos al exterior para pagar el déficit anual y si no necesitáramos de inversiones extranjeras o no viéramos películas americanas. Entonces podríamos permitirnos los lujos que se permite este gobierno, pero claro, la realidad dista mucho de este sueño imaginario.

Empecemos por lo cercano. Tenemos dos vecinos al sur complicados. Pues los dos enviaron a sus embajadores a casa y pasamos un tiempo enorme sin representantes diplomáticos allí. Algo gordo haríamos. La embajadora de Marruecos se fue en 2021 después de la invasión de adolescentes secuestrados por el gobierno marroquí; y volvió un año más tarde. El precio del regreso: reconocer la soberanía marroquí sobre el Sahara, en contra de nuestra tradicional política, sin consultar al Parlamento. Aquí por lo menos no tuvieron que enchufar a un sicario de Letrado de las Cortes. Pasaron olímpicamente, obviando la competencia explícita de las Cortes en las relaciones y acuerdos internacionales. Una traición de la que luego tuvimos noticias en una de esas ruedas de prensa de Bolaños que se anuncian a bombo y platillo para decir nada elevado a la enésima potencia: Pegasus. Le han robado el móvil al presidente; de la investigación sabemos lo mismo que de las balas enviadas en campaña o del atentado a Vidal Cuadras: nada elevado al enésimo interés de manipular la información para evitar dar explicaciones de lo cierto.

Y, ¿qué pasó con Argelia, nuestro proveedor de gas? Mandaron a su embajador a casa y nos cortaron el grifo. Ahora tienen de socios a los italianos. Es cierto que Argelia tuvo un momento feliz cuando trajimos a Ghali, al jefe del Polisario y terrorista para Marruecos, a curarse el Covid a Zaragoza. De extranjis, como si fuera Delcy. Pues después de esto, apretados por Pegasus y todo lo que nunca sabremos, rompimos con Argelia, justo cuando Ucrania se abocaba a una guerra. Por lo menos vamos tapando agujeros con otros.

Hablando de Ucrania y nuestro gran apoyo a Zelenski: equipos sacado de Desguaces La Torre y puestos en operación en tiempo récord gracias a la industria. Y poco más. Eso sí, mucha formación que ha sido excepcional y muy positiva; mucha ayuda humanitaria, que también la necesitan; pero sin caer en la cuenta de que lo realmente humanitario en Ucrania es ganar a los rusos. Claro que España, junto con —fíjate por dónde— Bélgica, somos los que más han incrementado las compras de gas licuado ruso. O sea que mandamos chatarra a los nuestros y enviamos los euros al enemigo. España ha incrementado sus compras un 71% en el primer semestre de este año.

Tampoco nos resulte extraño, ya que tenemos una ministra que no condenó como eurodiputada el secuestro de 2.000 niños ucranianos para su reeducación en un Gulag ruso. Por cierto, cuando se produjo el monstruoso atentado de Hamás, 21 eurodiputados de 705 votaron en contra. Dos están ahora en nuestro gobierno gracias a ese invento de Sánchez llamado Sumar. Los otros compañeros fueron los del Sin Fein, antiguos colegas de Hamás; y la Francia insumisa de Mélenchon, antisemita y pro-bolivariana. Ni siquiera Siriza se alineó con los terroristas. ¡Qué solos y que a la izquierda estamos! Ya imagino a Santiago Carrillo liderando una moción a Sánchez desde el mundo al que van los comunistas cuando mueren.

De la persecución a Biden por el pasillo no quiero acordarme por el bochorno, pero la conciencia generalizada en el mundo es que Blinken (judío) y Biden (católico) están hasta los mismísimos de Sánchez (Sanchista) .

Viajemos a nuestros países hermanos, que tenemos para todos. Con gran tino no condenó el asesinato de Fernando Villavicencio, el candidato conservador a la presidencia de Ecuador, y ahora hay un presidente conservador. ¿Por qué mataron a Villavicencio? por acusar al grupo de Sao Paulo de instigar narco-dictaduras totalitarias y al presidente de Colombia, Gustavo Petro, por narcotraficante. Obviamente, el presidente no podía ser muy vehemente a riesgo de molestar a sus referentes en la región. Mientras, Zapatero sigue con su cara de título de película sobre Carlos II, paseándose y dando lecciones de liderazgo. El mismo que acusa sin descanso a la sentencia del TC sobre el Estatuto de Cataluña como la base de todo el destrozo actual, cuando él había nombrado a la mayoría del Constitucional y fue una sentencia que él defendió en público. ¡Cuánto echamos de menos al Emérito parándole los pies a Chávez frente a la mirada de terror del presidente español!

Con México las relaciones siguen en pausa, y eso que no paramos de enviar ministros mensualmente para que nos ponga caritas el socialista López Obrador. No quiero extenderme pero el apoyo al peronista y kirchneriano Massa debió ser mano de santo para la victoria de Milei, que por cierto sopesa hacerse judío para ver si le llegan inversiones y dólares.

Y esto me trae al último capítulo de esta sinopsis. Sánchez se debe sentir como Lojendio cuando se presentó en un programa de televisión a pegarle una bofetada (el vasco nunca hubiera usado esta palabra ñoña) a Fidel Castro, que salió acojonado protegido por sus guardaespaldas. Muy distinta a la respuesta de Netanyahu, que aguantó el tipo mientras ponía a caldo al presidente, al nuestro. Se trata de un primer ministro que ha ganado más elecciones que nadie en Israel y le queremos llevar a un tribunal internacional por genocidio. La iniciativa no se ha tomado con Ismail Haniya, que vive en casa de nuestros amigos cataríes —los que compran parlamentarios europeos— y es responsable de miles de asesinatos. Ni con los ayatolás, ni con Hezbolá, ni con Ortega, ni con Maduro, ni con Putin, ¿por qué será?

Por cierto, que digo yo que si en la acera de la embajada de Palestina en Madrid pone aparcamiento para cuerpo diplomático y tenemos un consulado para Palestina en Jerusalén, tiene bemoles que no dependa de la embajada en Israel. Así que no sé a qué reconocimiento adicional se refieren, ya que la oficina de prensa del presidente habla de reuniones de Sánchez con el embajador de Palestina en España.

Diplomacia, según la Real Academia, significa: habilidad, sagacidad, disimulo; cortesía aparente e interesada. Para ir a Tel Aviv bajo la cobertura del belga, no se debió leer ningún informe de sus ministros. Se tiró a la piscina. Porque él fue a eso, a encararse como Lojendio.

La metedura de pata sostenida no tiene precedentes. Si Palestina necesita un estado para resolver sus problemas, ¿por qué no ha hecho nada en los cinco años que lleva en el gobierno? ¿por qué tiene que premiarla cuando se ha cometido el atentado más monstruoso de la historia de la humanidad? la relación causa y efecto es terrorífica. Reconocer ahora, después de ese matanza, el Estado Palestino que tiene como único objetivo la destrucción del estado de Israel, se podrá interpretar como se quiera, pero es la gota que colma el vaso de la indecencia. Toda esta performance para acudir a la fiesta de fin de año de la empresa a sacar pecho. Algo parecido a lo de Cataluña: cinco años para la amnistía y solo es necesaria para los votos. Vamos, que se pone España por montera. Ups, perdón, Urtasun.

¿Qué les digo del Magreb? Pues que cabamos de cerrar la base en Mali después de diez años porque ahora se lo ha quedado Wagner. La inmigración masiva desde Mauritania a Canarias con conexión pagada por los españoles a hoteles de la península, en una nueva versión del Imserso para inmigrantes ilegales. Y la creciente presencia rusa y China al sur del Mediterráneo. Nos hemos cargado en unos pocos años todo el rédito acumulado en los treinta años anteriores. Para colmo, lo intocable: la Unión Europea. Y va el presidente de turno y le dice al mundo que si la UE no le sigue, él solito adoptará su propia política exterior al margen de Europa, en un alarde de identidad disociativa. Yo que los catalanes mejor seguir en España, porque si se convierten en país vecino los puede arruinar más, y ya ni siquiera compartimos mesa en El Eliseo con Antonio Costa y Macron. ¡Y todavía quedan cuatro años de legislatura! Lo dicho, lean Tierra firme.

QOSHE - 'Tierra firme', o cómo vivir del palmerismo - Enrique Navarro
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'Tierra firme', o cómo vivir del palmerismo

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30.11.2023

Palmerismo: actividad ejecutada por palmeros, jaleadores.

Esta novela tiene un título en el que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Nunca en la historia reciente de España se habían cometido tantos errores de bulto en nuestra política exterior. No encontrarán calificativos suficientes para definirla.

Sánchez podría haber llegado a la conclusión de que a España le sobra la política exterior y que esta solo le interesa por su clave interna. Quizás tenga razón. Basta ver la CNN o la BBC para que no me acusen de radical. O ver a diario las noticias sobre el atentado terrorífico de Hamás —a las víctimas israelíes, su sufrimiento— y compararlas con las que se publican en España. Es como si viviéramos al otro lado del Telón de Acero. Como en los tiempos del franquismo, debemos acudir a radio Pirineos o a la BBC para comprender la realidad que ocurre en nuestro país. Nunca, desde los tiempos de Gabriel Arias Salgado, se había manipulado tanto en los medios la verdad para soportar la visión del prolífico autor del título.

Muy sucintamente, por no aburrirles, les voy a narrar la política de tierra firme del presidente, que más bien nos deja en tierras movedizas o inundables. Antes, un inciso: la política exterior no sería importante si tuviéramos petróleo, o autosuficiencia; si no tuviéramos que pedir créditos al exterior para pagar el déficit anual y si no necesitáramos de inversiones extranjeras o no viéramos películas americanas. Entonces podríamos permitirnos los lujos que se permite este gobierno, pero claro, la realidad dista mucho de este sueño imaginario.

Empecemos por lo cercano. Tenemos dos vecinos al sur complicados. Pues los dos enviaron a sus embajadores a casa y pasamos un tiempo enorme sin representantes diplomáticos allí. Algo gordo haríamos. La embajadora de Marruecos se fue en 2021 después de la invasión de adolescentes secuestrados por el gobierno marroquí; y volvió un año más tarde. El precio del regreso: reconocer la soberanía marroquí sobre el Sahara, en contra de nuestra tradicional política, sin consultar al Parlamento. Aquí por lo menos no tuvieron que enchufar a un sicario de Letrado de las Cortes. Pasaron olímpicamente, obviando la competencia explícita de las Cortes en las relaciones y acuerdos internacionales. Una traición de la que luego tuvimos noticias........

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