Este lunes se ha conmemorado el vigésimo aniversario del mayor atentado terrorista sufrido en España: el del 11-M de 2004, cuando diez mochilas-bomba distribuidas en cuatro trenes de cercanías que se dirigían a la estación madrileña de Atocha, explosionaron casi de forma simultánea, causando 192 muertos y 1840 heridos.

Los españoles, que estábamos ya muy "curtidos" en el dolor y en los momentos trágicos por mor del terrorismo de ETA, sufrimos un gran impacto por este otro atentado terrorista que se cometió a tres días de unas elecciones generales, las del 14 de marzo de 2004, que dieron la victoria al candidato del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y que evidentemente cambió el rumbo de la historia reciente de España.

En estos días previos a este 20 aniversario, han sido varios los libros que se han publicado, intentando profundizar en lo que pasó; infinitos reportajes en medios de comunicación; algunos ajustes de cuentas con los que gobernaban en aquel momento, fundamentalmente con el expresidente Aznar, al que se ha vuelto a acusar de mentir y no decir en aquel momento la verdad a los españoles. La Fundación FAES que preside Aznar ha contestado este lunes de forma tajante a esta vieja acusación, afirmando entre otras cosas que "nunca, jamás llegó a manos del Gobierno ningún documento oficial que descartase definitivamente la autoría etarra y afirmara sin titubeos la responsabilidad yihadista".

La sentencia del juicio por el 11-M no despejó algunos interrogantes muy relevantes, que a día de hoy no están del todo despejados, si se parte del hecho que un atentado de tal envergadura no pudo ser obra de un grupo de terroristas yihadistas que actuaran por su cuenta. ¿Quién estaba detrás de ese atentado? ¿quién fue su inspirador intelectual? ¿quién lo planificó? ¿por qué se llevó a cabo tres días antes de unas elecciones generales? Las víctimas en primer lugar, y la sociedad en general, tienen el derecho a conocer toda la verdad, no sólo parte de ella, y es evidente que pasados veinte años esa verdad no se conoce del todo.

Siendo lo anterior importante, es perfectamente compatible con que el recuerdo, el homenaje, el tributo debido a las víctimas de aquel horrible atentado, a sus familiares, a los que consiguieron sobrevivir, algunos con secuelas físicas o psíquicas graves, tiene que estar por encima de todo lo demás. Las víctimas, junto con los servicios de emergencia, médicos, sanitarios, bomberos, policía, psicólogos, son los destinatarios de los actos que año tras año se celebran en su memoria.

Duele comprobar que, a diferencia de otros casos, por ejemplo, del atentado del 11-S de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York, las Instituciones públicas, las propias Asociaciones de Víctimas, no sean capaces de celebrar un acto unitario. Aquel 11-M de hace veinte años se sembró un germen de división en la sociedad, en los políticos, incluso en los medios de comunicación, que ha germinado y va a ser muy difícil de superar.

Lo cierto es que el atentado del 11-M cambió la historia reciente de España. De entrada, propició —también por la mala gestión de la crisis de esos días por parte del Gobierno— la llegada de Zapatero a la Moncloa. Con él empezaron muchas cosas de las que ahora están sucediendo en la política española: negoció políticamente con ETA, fracturó a la sociedad con leyes como la de "memoria histórica". Y ha tenido en Pedro Sánchez un continuador mejorado y aumentado de esas políticas. El actual inquilino de la Moncloa ha roto el espíritu constitucional, se ha dedicado a crear frentes, a orillar a media España —la que vota opciones de centro-derecha—, a gobernar apoyándose en los enemigos declarados de nuestra Nación, como son los herederos políticos de ETA o los independentistas catalanes de ERC y de Junts.

Por eso, ante la actual situación política, es muy oportuno recordar, pensando en las víctimas de aquel terrible atentado, lo dicho por una de ellas, que ya ha fallecido: nuestro querido y recordado Gabriel Moris, que perdió a su hijo Juan Pablo aquel 11-M, y que escribió bastantes artículos en Libertad Digital. Decía Gabriel con esa paz, con esa bondad y con esa sabiduría que siempre transmitía que "no hay que olvidar lo inolvidable". Palabras tan justas, que no necesitan ningún comentario adicional. Descansen en Paz las 192 víctimas del atentado del 11-M.

QOSHE - No olvidar lo inolvidable - Cayetano González
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No olvidar lo inolvidable

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12.03.2024

Este lunes se ha conmemorado el vigésimo aniversario del mayor atentado terrorista sufrido en España: el del 11-M de 2004, cuando diez mochilas-bomba distribuidas en cuatro trenes de cercanías que se dirigían a la estación madrileña de Atocha, explosionaron casi de forma simultánea, causando 192 muertos y 1840 heridos.

Los españoles, que estábamos ya muy "curtidos" en el dolor y en los momentos trágicos por mor del terrorismo de ETA, sufrimos un gran impacto por este otro atentado terrorista que se cometió a tres días de unas elecciones generales, las del 14 de marzo de 2004, que dieron la victoria al candidato del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y que evidentemente cambió el rumbo de la historia reciente de España.

En estos días previos a este 20 aniversario, han sido varios los libros que se han publicado, intentando profundizar en lo que pasó; infinitos reportajes en medios de comunicación; algunos ajustes de cuentas con los que gobernaban en aquel momento, fundamentalmente con el expresidente Aznar, al que se ha vuelto a acusar de mentir y no decir en aquel momento........

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