El sanchismo tiene como una de sus manifestaciones principales retorcer los argumentos para explicar su toma de decisiones hasta límites inimaginables para una persona normal. O también, directamente, se limita a no decir la verdad, justificando el mentir de una forma descarada, como "un cambio de opinión". En este terreno, hay que reconocer que el jefe del sanchismo es imbatible: nunca antes un presidente del Gobierno había mentido tanto.

Este martes se aprobará en el Congreso de los Diputados la ley de amnistía, que supondrá el golpe más letal a la democracia que empezó con la Constitución del 78. El problema es que el golpe lo liderará el presidente del Gobierno y secretario general del sanchismo porque necesita de los votos de los destinatarios principales de la amnistía para seguir en el poder.

Durante estas semanas, tanto Sánchez como sus ministros palmeros –principalmente Bolaños, Montero y Alegría— así como los otros palmeros que tiene en los medios de comunicación, han repetido hasta la saciedad que esta amnistía lo que pretende es recuperar el clima de convivencia en Cataluña, perdido —según el propio Presidente— en 2017 por los errores tanto del independentismo como del Gobierno de Rajoy. Es decir, equipara el intento de golpe de Estado de los independentistas, con la defensa de ese Estado que tuvo que hacer el ejecutivo de entonces, con la aplicación, entre otras medidas, del artículo 155 de la Constitución, apoyado personalmente por el propio Sánchez y por el PSOE.

Pero a pesar de la perseverancia en mantener ese argumento —recuperar la convivencia en Cataluña—, una gran parte de la opinión pública sabe que eso no es verdad. La única y verdadera razón para aprobar esta ley de amnistía es que Sánchez necesita los siete votos del prófugo Puigdemont para seguir en la Moncloa. Todo lo demás es un intento bastante indecente de falsear la realidad. Con tal de seguir en el poder, Sánchez es capaz —como está demostrando cada día— de ceder en lo que haga falta.

La última, pero habrá más, cesión es la impúdica e inmoral distinción entre terrorismo bueno y terrorismo malo, para poder incluir a los miembros de los CDR y de Tsunami Democrátic que llevaron a cabo los graves actos de violencia en Cataluña tras conocerse la sentencia del juicio del procés.

Bolaños, ese chico para todo que tiene Sánchez en el gobierno, ha dicho que no es comparable lo que pasó con el terrorismo de ETA a lo vivido en las calles de Cataluña. Se olvida Bolaños, porque, aunque se cree muy listo, tiene también sus lagunas, que, en el País Vasco, aparte de los asesinatos de ETA, hubo durante bastantes años la llamada "kale borroka", una violencia callejera que quemaba cajeros, autobuses, contenedores, rompía escaparates, arrancaba farolas, agredían a la policía. Eran "los chicos de la gasolina", como les definió el otra hora pope del PNV, Xabier Arzalluz.

Muchas de las imágenes que pudimos ver los españoles en aquellos días en Barcelona: en la vía Layetana frente a la Jefatura Superior de la Policía Nacional, el asalto multitudinario al aeropuerto del Prat, los cortes en carreteras, los ataques a la policía, recordaban perfectamente las escenas de la citada "kale borroka" en el País Vasco. Y a todos sus culpables, ahora se les va a amnistiar, porque Sánchez necesita los siete votos de Junts para que el jefe del sanchismo siga en la Moncloa.

Les amnistiará si la Unión Europea le deja, o si jueces como Manuel García-Castellón no cumplieran impecablemente con su labor, soportando incluso ya las clásicas campañas de desprestigio puestas en marcha por los ventiladores de Moncloa y Ferraz. Es tan "progresista" este presidente que no se le ocurre otra gracieta que hablar de la "fachoesfera", en referencia a todos los que critican sus políticas, y concretamente la ley de amnistía que se aprobará este martes.

No se me van de la memoria esas palabras proféticas de la madre de los Pagazaurtundua, Pilar Ruiz Albisu, cuando en 2006 le dijo al ahora portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, que se acababa de reunir con la ilegalizada Batasuna, aquello de que "harás y dirás cosas que nos helarán la sangre". Ya lo estamos viendo y lo que todavía está por venir. Y todo por la avaricia de poder de un personaje que no se para ante nada para conseguir sus objetivos, aunque eso suponga infringir un duro golpe al Estado, a la democracia, a la convivencia de los españoles.

El mismo que dijo hace pocos años que se comprometía a traer a Puigdemont a España y a ponerlo a disposición de la Justicia, se va a reunir con él en las próximas semanas, en el extranjero, de tú a tú. El mismo que dijo tres días antes de las elecciones generales que la amnistía era inconstitucional, este martes la va a votar en el Congreso, y con él, todos los serviles diputados de lo que en otro momento fue el PSOE y que ahora es un mero instrumento al servicio del jefe del sanchismo. Qué vergüenza.

QOSHE - Amnistía por siete votos - Cayetano González
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Amnistía por siete votos

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30.01.2024

El sanchismo tiene como una de sus manifestaciones principales retorcer los argumentos para explicar su toma de decisiones hasta límites inimaginables para una persona normal. O también, directamente, se limita a no decir la verdad, justificando el mentir de una forma descarada, como "un cambio de opinión". En este terreno, hay que reconocer que el jefe del sanchismo es imbatible: nunca antes un presidente del Gobierno había mentido tanto.

Este martes se aprobará en el Congreso de los Diputados la ley de amnistía, que supondrá el golpe más letal a la democracia que empezó con la Constitución del 78. El problema es que el golpe lo liderará el presidente del Gobierno y secretario general del sanchismo porque necesita de los votos de los destinatarios principales de la amnistía para seguir en el poder.

Durante estas semanas, tanto Sánchez como sus ministros palmeros –principalmente Bolaños, Montero y Alegría— así como los otros palmeros que tiene en los medios de comunicación, han repetido hasta la saciedad que esta amnistía lo que pretende es recuperar el clima de convivencia en Cataluña, perdido —según el propio Presidente— en 2017 por los errores tanto del independentismo como del Gobierno de Rajoy. Es decir,........

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