Todo lo que tiembla
Había algo que temblaba. Me gustan las cosas que tiemblan.
Las hojas de laurisilva de Anaga, las noches de invierno, los dedos de él.
Las palabras también tiemblan. Casi todo lo que tiembla es poesía.
Hay personas que no temblarán jamás.
La camarera de esta panadería no puede temblar.
La mano de mi cirujano tampoco.
Hay personas a las que no les está permitido........
© La Voz de Lanzarote
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