Hay muchas razones para visitar Islandia. Desde ovejas que van siempre en pareja y te asaltan cuando conduces por carreteras secundarias a cráteres llenos de agua en los que bañarse, como el Askja, glaciares, ballenas, colonias de frailecillos o las Tierras Altas, ese desierto helado que sobrecoge por la sensación de soledad y la convicción de estar en el último rincón del planeta.

La Blue Lagoon en un jornada poco concurrida

Pero en realidad, lo que nunca falla en los circuitos turísticos son el géiser (el Strokkur) y la Blue Lagoon. El géiser se lo pueden imaginar. Un montón de gente agolpada esperando a que el chorro de agua hirviendo salga del agujero cada cinco minutos. Emoción contenida y un ¡oh! de admiración cuando ha terminado.

La Laguna Azul es una piscina de origen natural llena del agua que nace de un campo de lava (si bien pasa antes por una central geotérmica). Uno entra en el vestidor, se ducha, se pone albornoz y zapatillas y después se sumerge en un líquido de apariencia lechosa tirando a azul turquesa y que está siempre a 37 grados.

La Blue Lagoon ha sido siempre un lugar para observar a los mejores clientes del turismo de lujo. Hay estadounidenses, familias numerosas de los países del Golfo, parejas jóvenes de la India, rusos (hasta que llegó la guerra de Ucrania) y chinos (que han vuelto después de la pandemia). Estos últimos sobresalen del resto. Se bañan sin quitarse el rolex y hablan por el móvil aun cuando el agua les llegue a la barbilla.

Esta semana, la empresa que gestiona la laguna la ha cerrado hasta el 16 de noviembre. La culpa la tiene la acumulación de magma bajo el suelo de la península de Reykjanes, donde se encuentra la laguna. La empresa advierte que se trata de una decisión “preventiva”. No hay indicios de que el magma se acerque a la superficie, aseguran las autoridades, pese a que el suelo de los alrededores se ha hinchado en los últimos días.

Reykjanes acumula 23.000 sacudidas desde el 25 de octubre. Pero eso no es nada para los islandeses, acostumbrados a vivir entre lluvia de cenizas, emanaciones de gases y, de vez en cuando, alguna erupción. En cualquier caso, según Vikurfrettir, el diario local, 40 turistas residentes en el complejo de lujo que rodea la laguna abandonaron sus habitaciones un día antes del cierre. Se declararon “aterrorizados”.

QOSHE - Nervios en la laguna azul - Ramon Aymerich
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Nervios en la laguna azul

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10.11.2023

Hay muchas razones para visitar Islandia. Desde ovejas que van siempre en pareja y te asaltan cuando conduces por carreteras secundarias a cráteres llenos de agua en los que bañarse, como el Askja, glaciares, ballenas, colonias de frailecillos o las Tierras Altas, ese desierto helado que sobrecoge por la sensación de soledad y la convicción de estar en el último rincón del planeta.

La Blue Lagoon en un jornada poco concurrida

Pero en realidad, lo que nunca falla en los circuitos turísticos son el géiser (el Strokkur) y la Blue Lagoon. El géiser se lo pueden imaginar. Un........

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