Dejé de fumar el 18 de enero de 2016 a las once de la noche. Colgué ese triste cigarro encendido en Instagram porque para algo deben servir las redes sociales.

Recaí levemente el verano de 2022, pero cuando caminaba hacia el precipicio del paquete diario volví a frenar de golpe, 15 de marzo de este año. Volví a usar Instagram para cumplir la promesa.

Era un drogadicto del tabaco. Siempre lo he dicho: no soy un ex fumador, soy un fumador en paro. He estado encendiendo Marlboros de todos los colores, tallas y gustos y le encontraba un placer que nunca he podido sustituir. Hay noches que lo echo de menos, pero cada día que pasa siento que he saltado un obstáculo más.

El compañero Xavi Pardo me recomendó una app para visualizar el enorme tamaño de mi éxito: cuando escribo este artículo hace 276 días 15 horas y 24 minutos que mi vida no traga humo, he evitado unos 5.600 cigarrillos, que suponen 280 paquetes, y me he ahorrado, ojo al dato, 1.420 euros. Viendo estos datos, soy un héroe de Marvel. Qué orgullo.

Ayer leí en La Vanguardia que Francia pretendía contribuir a que los ciudadanos dejen de fumar elevando el precio del paquete de tabaco a 13 euros. Qué listos. No lo prohíben. Aumentan el coste al infinito para continuar recaudando las tasas pertinentes. Claro: uno de cada cuatro franceses sigue fumando. El día que los gobiernos traten a los fumadores, no como ciudadanos equivocados e imbéciles sino como lo que son, adictos, seguro que conseguirán rebajar el número de felices infelices que para perder la ansiedad necesitan llevarse un cigarro a la boca.

No hay nada peor para un fumador que un ex fumador y un político que no ha fumado en su vida para decidir qué hacer con él. Claro que no se puede fumar en lugares cerrados; por supuesto que existen los fumadores pasivos; evidentemente que hay que combatir el tabaco duramente, pero el problema no es el fumador, es la droga del tabaco. Ahí es donde se debe actuar, y no subiendo el precio para aumentar impuestos. Lo escribe un ex fumador que lo mejor lo escribo ahora: Vale mucho la pena dejarlo. Si lo he conseguido, cualquiera puede hacerlo, pero la solución de los gobiernos no está en matar a los fumadores poco a poco subiendo precios. Eso es hipocresía.

QOSHE - Morir poco a poco - Jordi Basté
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Morir poco a poco

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18.12.2023

Dejé de fumar el 18 de enero de 2016 a las once de la noche. Colgué ese triste cigarro encendido en Instagram porque para algo deben servir las redes sociales.

Recaí levemente el verano de 2022, pero cuando caminaba hacia el precipicio del paquete diario volví a frenar de golpe, 15 de marzo de este año. Volví a usar Instagram para cumplir la promesa.

Era un drogadicto del tabaco. Siempre lo he dicho: no soy un ex fumador, soy un fumador en paro. He estado encendiendo Marlboros de todos los colores, tallas y gustos y le encontraba un placer que nunca........

© La Vanguardia


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