Hoy toca hacer balance y buena parte de mis compañeros, como los colegas de La Vanguardia, les ofrecen buenos resúmenes del 2023. Y aunque la inteligencia artificial y la habilidad publicitaria de los creadores del ChatGPT nos han convencido que se trata de lo más importante del año, en realidad lo más destacado continúa siendo lo que hacemos las personas, con o sin ayuda de las máquinas.
Tenemos las listas de libros, películas y creaciones teatrales o musicales del año. Que hayan utilizado correctores lingüísticos o editores de vídeo digitales no interfiere en la valoración de su interés artístico. Echemos un vistazo a las dos guerras más próximas y hallaremos solo la lista de crueldades, errores, ambición y mentiras netamente humanas que las rodean, más allá del uso de drones y satélites inteligentes. Cuestiones como los acuerdos de gobierno, la ley de amnistía, el debate político o las leyes nos hablan también de acuerdos y desacuerdos puramente humanos, aunque se utilicen encuestas y sofisticados programas informáticos para tomar decisiones.
Entonces, quizá el mejor resumen del 2023 es asegurar que, un año más, continuamos siendo plenamente humanos, rabiosamente imprevisibles, caprichosos, contradictorios, brillantes y lamentablemente ignorantes a la vez… Homo sapiens hasta la médula. Sobre esta base, pues, deberemos construir las predicciones sobre el futuro de la humanidad para el año que está a punto de empezar. Un presentimiento: nada de lo que imaginen los expertos en economía, política, ciencia, cultura y conocimiento en general acertará. Porque, un año más, pasaran mil cosas inimaginables y sorprendentes que intentaremos solucionar o combatir y con las que, finalmente, acabaremos conviviendo. Creo que esto es lo único cierto para el 2024: volveremos a hacer honor a la increíble adaptabilidad de la raza humana, nuestra resiliencia ante la adversidad, lucha incansable para superar los retos y, naturalmente, la extrema estupidez que también nos acompaña.
Celebremos esta noche de traspaso de un invento netamente humano como es el tiempo de la mejor manera posible: abrazándonos y deseándonos un buen 2024. Feliz año, queridos lectores.
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