Recién pasada la Semana Santa hay un hombre en este mundo de locos que estos días hace su particular balance contable. Se trata de Donald Trump para quien la conmemoración de la Pasión de Cristo ha sido un tiempo de recaudación de dinero fresco para sus negocios y campaña electoral que para él son la misma cosa. En cuánto tiene problemas monta un circo y cobra entrada. Ahora se dedica a vender biblias a 60 dólares. Él mismo lo ha publicitado en su red social: «¡Feliz Semana Santa! Hagamos que Estados Unidos vuelva a rezar…os animo a que adquiráis un ejemplar de la Biblia ‘God Bless the USA (Dios bendiga a América’». Dice que es su libro favorito y que todos los estadounidenses deben tener uno. Me lo imagino estos días sentado entre bolsas repletas de dólares como al tío Gilito del otro Donald (el pato), contando y recontando ganancias y celebrando su gran estrategia recaudadora.

Dada la trayectoria del personaje en cuestión creo que Trump debe ser hombre de un único libro. Ya saben, entran dos amigos a una librería y uno le dice al otro: “-¡Cómprate un libro! –¿Para qué si ya tengo uno?”. Pues lo mismo. No sería extraño que Trump lo leyera saltándose muchos capítulos y tachando muchos versículos sobre todo del Nuevo Testamento. Al llegar a lo de «amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Mc 12, 29-31) debió de dormirse porque Trump sólo piensa en Trump y en nadie más. Por supuesto tampoco leyó la expulsión de los mercaderes del templo «convertido en una cueva de ladrones» (Mat 21,12-13). De las palabras de Jesús: «Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios» (Mat 23, 21) dados sus problemas judiciales por impago de impuestos ni remoto recuerdo tiene en su cabeza.

En esta Biblia patriótica avalada por Trump además de la versión anglicana del texto sagrado (la del Rey Jacobo I de Inglaterra) se incluyen la Constitución de EEUU, la Declaración de Derechos, la de Independencia, el Juramento a la Bandera y la letra de la canción ‘God Bless the USA’ del cantante Greenwood, que suena en sus actos de campaña. Siendo todo tan marrullero e innoble lo peor es el mensaje que traslada con este apaño de 60 dólares. Une nación y religión, Estado e Iglesia. El mensaje es simple, sólo se es buen estadounidense si se es cristiano, tal y como él concibe serlo que para eso se postula a representarlos. Atroz en un personaje que utiliza el cristianismo para sus fines políticos y económicos mientras incumple las leyes del Estado y los mandamientos de su Religión. No hay nada más inmoral que apropiarse del sincero amor a su país y de los sentimientos religiosos de la gente para forrarse desde el poder. Imagino a Trump en la presidencia de EEUU aliándose con Putin, con Milei y Netanyahu de socios, y hasta el más optimista ve que se nos avecina el Apocalipsis.