Del libro a la pantalla
En su CEIP a Noa le entregaron una tableta. Fue un día de fiesta en el aula, en el recreo y en el hogar. Ese objeto electrónico llegó como un avance sustancial en el proceso de educación y convivencia cotidiana. Un profesor aseguró que el progreso había entrado en el centro por la puerta grande. Doña Camila, a dos pasos de la jubilación, no estuvo de acuerdo y acarició su texto de Matemáticas con nostalgia y dolor. En la casa, Noa vació la mochila de muchos libros destinados a dormir en la estantería. Se libraba de un peso importante y mamá Lola, siempre temerosa ante el dolor de espaldas, también lo agradeció. Papá Miguel se enfrentó al filo de la navaja, a caminar entre la representación del futuro, por la imagen y la técnica, y el mantenimiento del espíritu conservador de la entrañable lectura y estudio en papel. La polémica estaba servida.
La abuela Raquel, quien padeció........
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