Emilia Pardo Bazán y el dilema de la comida de las personas y animales
Consta en nuestra tradición un dicho popular: “Pasó la tarde recogiendo berzas para el ganado”. Y es que, además de como alimento para los humanos, la berza servía como forraje para vacas, gallinas y conejos. Tampoco se privaba a los cerdos en la época de la ceba de algunas hojas de col, ligeramente cocidas y esnaquizadas, que se añadían a la lavadura (junto con harina -o farelo-, pieles de patatas y restos de comida).
Cuando menos en la época reciente, tampoco desechamos de nuestra cocina el fenotipo de hoja rizada
Podemos hacernos una idea de cómo solían ser antiguamente estos preparados a través de la receta de un experto, recogida, en el Boletín Oficial de la Provincia de Lugo, al filo de 1901. Estos eran sus ingredientes: “Gachuelas de salvado y harina, patatas cocidas y amasadas con harina y salvado, hierba tierna y fresca, y hojas de berza. Todo ello de fácil masticación y deglución”. A este enjundioso asunto rústico-pecuario alude Emilia........
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