La España federal de mañana
Pero el federalismo no puede ser de nuevo un falaz “café para todos” que otra vez esconda vulgar achicoria. Esta vez tiene que ser auténtico. Los diecinueve entes autonómicos deben pasar a ser estados federados con competencias plenas. El Senado, con una composición y unas circunscripciones acordes con la lógica federal, debe pasar a ser una cámara de debate territorial donde se discutan los asuntos relativos a las relaciones entre ellos y con la autoridad central. Su visto bueno al austero presupuesto de ésta debe ser imperativo. El Estado federal debe tener ámbitos competenciales tasados (diplomacia, defensa y poco más) y un presupuesto austero. No le corresponde invertir en infraestructuras, ni es cometido suyo “redistribuir la riqueza”, ni territorialmente ni tampoco generacionalmente, porque las pensiones deben basarse en la capitalización individualizada. Los impuestos de todo tipo debe decidirlos cada territorio en función de sus necesidades y de la voluntad política de sus........
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