Coercitivismo versus voluntarismo
Se nos dice machaconamente que el mundo de las ideas se divide en dos categorías, “izquierda” y “derecha”, y que todo lo demás son matices: posiciones dentro de esas dos categorías o entre ellas. Se denomina “centroderecha” y “centroizquierda” a los dos grandes campos que configuran sus respectivas “big tents” de aliados a veces incómodos. Se sigue llamando “centro” a la posición intermedia cuando no se acaba de sumar a una de esas dos, por ejemplo en los sistemas parlamentaristas de la Europa continental, más pluralistas que el presidencialismo norteamericano o latinoamericano. Se llama “ultraizquierda” y “ultraderecha” a las posiciones tan escoradas respecto al centro que amenazan con romper el consenso operativo estándar, reventando las costuras de la democracia liberal. Pero toda esa plasmación de las ideas políticas, sociales y económicas en una escala lineal constituye un inmenso error del que cada nueva generación es heredera e, incomprensiblemente, impulsora a su vez. El error se perpetúa porque, pese a no representar realmente las ideas políticas, tiene a su favor la enorme ventaja de la simplicidad. El cerebro humano necesita referencias sencillas para todo aquello en lo que no desea ni necesita profundizar. Y la mayoría de los humanos no quieren, ni........
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