La grave crisis cubana, pendiente de Trump
Cuba enfrenta una de sus crisis más severas desde el Período Especial de los años 90. No tiene luz porque no tiene petróleo. La isla, golpeada por una creciente crisis energética, intenta mantenerse a flote gracias al apoyo de aliados como México y Rusia, aunque con ayudas insuficientes y limitadas en el tiempo. La política de máxima presión hacia el régimen de Díaz-Canel, preconizada por Donald Trump durante su mandato y ahora en manos de Marco Rubio, futuro secretario de Estado, podría agravar la situación.
En realidad, la crisis cubana no puede entenderse únicamente como un problema energético o económico. Es el resultado de décadas de inmovilismo político, de un régimen incapaz de ofrecer soluciones reales a sus ciudadanos y de una comunidad internacional que oscila entre el apoyo condicionado y el castigo indiscriminado. Mientras el Gobierno cubano siga aferrándose a modelos obsoletos y las tensiones geopolíticas dicten las prioridades de sus aliados, el futuro de la isla seguirá dependiendo, más que de su capacidad de cambio interno, de las decisiones que se tomen en Washington, Ciudad de México o........
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