Estrategia urbana
Estuvieron en Ourense unos amigos periodistas de Madrid que están relacionados con el festival de cine OUFF. Cenamos juntos y hablamos sobre estos malos tiempos en el periodismo de este país. La censura que nos acosa quizás sea más peligrosa que la de antaño, incluso la de los últimos años de la dictadura cuando un día sí y otro no cerraban revistas como la mítica La Codorniz.
Aquella larga posguerra en la que antes de cerrar la edición, un redactor del periódico corría veloz a la oficina del censor, que con meticulosidad leía línea a línea cada artículo. E incluso la publicidad, por si había, por ejemplo, anuncios de medias. Pero dijo un colega veterano: “Ahora la censura es peor. Muchos periodistas están como amedrentados y dóciles. Lo más jodido es la autocensura, el temor a no seguir la línea del periódico”.
Se ríe alguien. “Habréis observado que ya no hay frases incendiarias en las calles y en las paredes”. Añado yo: “Ni siquiera en los váteres públicos se escriben frases, digamos, obscenas”.
Interviene otro comensal: “Nos estamos olvidando de que la función de los........
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