Barrio (I), rivera derecha: personajes, oficios y ultramarinos
Escribir sobre aquellas dispersas casas y sus vecinos, desde los límites de A Valenzá hasta los del Posío, un paseo de robinias y arces (plátanos), con un kilométrico arbolado hasta pasados los años 60 cuando las cunetas se transformaron en aceras y la carretera dejó de asfaltarse a mano, es como rememorar a un singular barrio, conocido por A Carballeira, Feijoo o Riestra. Este tramo de la llamada carretera de Celanova (actual Marcelo Macías) podría figurar como el compendio de todos los oficios gremiales, que convivían en los bajos de las viviendas unifamiliares. Era como una autarquía donde no se precisaba salir de sus confines para hallar de todo. Amanecía con gentes transportando sus productos a la ciudad: piñas y carqueixas, que se recogían en los montes comunales y llevaban a lomos de burros que de tan cargados apenas sobresalían sus getas, patas o rabo, para encender las cocinas de hierro o económicas, como se decían, así como productos hortícolas, desde los altos de Barbadás, Bentraces, Sobrado, Moreiras e incluso Toén, Mugares, Piñor, Parada o donde fuese. Era un bullicio constante que no cesaba hasta pasadas las 9 h. con un retorno a partir de mediodía en ya dispersos grupos de retirada con los sobrantes. El de las leiteiras penaba con sus canadas u ollas a la cabeza, lo mismo que las rianxeiras con sus cestos, que todas encontraban alivio a medio camino en algún muro donde por minutos depositaban sus cestos, liberaban sus vejigas, y, raramente, de mayores aguas evacuaban. Impertérrito las aguardaba el........
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