La pureza del día y la majestuosidad de los paisajes invitaba a los más elevados pensamientos. Vino a mi memoria, de nuevo, La Leyenda de los siglos, de Víctor Hugo: “La terre est belle, elle a la divine pudeur de se cacher sous les feuillages” (“La tierra es bella, ella tiene el divino pudor de ocultarse bajo los follajes”). Tras la larga y exultante travesía venía La Escalera, que es una de las partes más duras de la ascensión. Ese sector del camino recibe el nombre de La Escalera por su verticalidad y porque no se trata de una rampa sino de escalones, algunos de medio metro de altura y de piedras sueltas. Este ascenso dura una hora aproximadamente. Lo acometimos despacio.
A lado y lado crecen los mortiños, algunos venenosos. Igualmente abundan los bulbos carnosos de orquídeas que en Cundinamarca llaman aguadijas y que se pueden masticar para refrescarse y aprovechar el líquido que contienen. En algunos páramos secos (cosa rara), como en Cerro Pintado de la frontera entre Colombia y Venezuela, nos refrescábamos chupando las aguadijas, ricas en agua.
Al coronar La Escalera tomamos un descanso y notamos el cambio de temperatura. Soplaba un viento fresco. La vegetación disminuía de tamaño. Ya no caminábamos entre bosques, sino entre bajos matorrales y pastizales de páramo. A pesar de hallarnos a 3.300 metros todavía no había frailejones. En el resto de páramos del país a esta altura abundan los frailejones, a cuyas grandes inflorescencias amarillas acuden diariamente a libar los colibríes.
El colibrí también es llamado picaflor o pájaro mosca, solamente existe en América, se lo encuentra desde Alaska hasta la Patagonia y pertenece a la familia Trochlilidae. Su presencia en el planeta es otro motivo más de orgullo para Colombia. Se estima que en el mundo existen unas 330 especies de colibríes de las cuales 177 son de Colombia. En Costa Rica hay 54, en México 57, en Estados Unidos solamente 20 y en Cali, Colombia, 52. Es oportuno recordar que somos los primeros en el mundo en los seres más bellos: primeros en aves, primeros en colibríes, primeros en orquídeas, primeros en mariposas. Ojalá no seamos los primeros en destrucción de nuestros bosques y montañas, porque acabaríamos con nuestros récords mundiales.
Los colibríes son las únicas aves que pueden volar en reversa, viven de 3 a 5 años, algunos incluso hasta 12 y son las aves más pequeñas de la avifauna mundial. Pesan entre 2 y 20 gramos. El colibrí abeja mide 6 centímetros y pesa 2 gramos. Es el campeón en micro tamaño y peso. Los colibríes aletean entre 12 y 80 veces por segundo. Todos son muy bellos y sus plumas son iridiscentes. Se considera que el más bello del mundo es el colibrí cola de espátula que vive en el Amazonas peruano y es endémico. Su nombre científico es Loddigesia mirabilis. Nada raro, pues, que vengan a Colombia muchos “pajarólogos” de Europa y de Norteamérica a fotografiar aves y en especial colibríes. En general son personas adineradas y su turismo es muy apreciado y solicitado entre nosotros por las divisas que dejan al país. En muchas fincas de Colombia colocan unos platos con líquidos azucarados para que vengan a beber los colibríes.
El campamento lo montamos en un bosquecito resguardado del viento y en el que había un nacimiento de agua. El riachuelo que forma es el primer afluente que recibe el río Sevilla. Era el 23 de diciembre. El atardecer fue muy bello y Diego Castro hizo unas fotos espectaculares. Nos sentamos largo rato a mirar cómo el cielo se iba tiñendo con paletadas de vivos colores.

QOSHE - El nacimiento del río Sevilla - Andrés Hurtado
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El nacimiento del río Sevilla

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04.04.2024

La pureza del día y la majestuosidad de los paisajes invitaba a los más elevados pensamientos. Vino a mi memoria, de nuevo, La Leyenda de los siglos, de Víctor Hugo: “La terre est belle, elle a la divine pudeur de se cacher sous les feuillages” (“La tierra es bella, ella tiene el divino pudor de ocultarse bajo los follajes”). Tras la larga y exultante travesía venía La Escalera, que es una de las partes más duras de la ascensión. Ese sector del camino recibe el nombre de La Escalera por su verticalidad y porque no se trata de una rampa sino de escalones, algunos de medio metro de altura y de piedras sueltas. Este ascenso dura una hora aproximadamente. Lo acometimos despacio.
A lado y lado crecen los mortiños, algunos venenosos. Igualmente abundan los bulbos carnosos de orquídeas que en Cundinamarca llaman aguadijas y que se pueden masticar para refrescarse y aprovechar el........

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