En el acontecer político venezolano de estos últimos tiempos hemos oído hablar reiteradamente de “Sociedad Civil” y “Poder ciudadano”. La pregunta es obvia. Al margen de todas las reflexiones y disquisiciones teóricas, en la práctica cotidiana es común escuchar: ¿qué es sociedad civil y cuál es el poder que tiene el ciudadano? La pregunta es simple pero la respuesta aunque es extremadamente compleja no es imposible de responder a la luz de los acontecimientos que hemos experimentado en el desenvolvimiento que ha tenido la sociedad venezolana a lo largo de su historia.

La verdad es que a estos conceptos, salvo en contadas excepciones, no se les ha prestado la debida atención o no se les ha dado una adecuada valoración política, consideradas las consecuencias que sus denotaciones y significaciones entrañan para el ejercicio del poder político y el hecho de que las teorías que sustentan los conceptos de “Sociedad Civil” y “Poder Ciudadano” sirven muy bien para combatir y derrotar el poder autocrático; pues en rigor, si el poder debe ser verdaderamente del pueblo, cualquier ubicación del poder que no sea en el pueblo es inadmisible.

En los hechos, en todo este tiempo, la sociedad venezolana ha demostrado que es profundamente democrática y a lo largo de su historia siempre ha luchado por ser una sociedad libre, no oprimida por un poder político discrecional e incontrolado, ha exigido siempre que los gobernantes respondan a los gobernados, donde el Estado esté al servicio de los ciudadanos y no los ciudadanos al servicio del Estado, de que el gobierno exista para el pueblo y no viceversa.

Si contemplamos esta relación Estado-Sociedad a lo largo de la historia en nuestro análisis podemos entender el poder político que estos dos conceptos: “Sociedad Civil” y “Poder Ciudadano” han tenido en el acontecer y cambios que ha experimentado el sistema político venezolano, aparte de tener capacidad prescriptiva y vinculante, son consideradas expresión de deseos, es decir, el horizonte hacia donde se anhelado conducir el destino del país.

La historia y la política son dos constantes que actúan como factores condicionantes en los procesos de confrontación del ejercicio del poder político. Si no se tienen en cuenta estas variables en el análisis que hacemos para entender el papel que ha jugado y ha de jugar “La sociedad civil” y el “Poder Ciudadano” en los cambios que ha experimentado y experimentará el sistema político venezolano a lo largo de su historia, el enfoque del cual se quiera entender el momento político actual será parcial.

De allí, que cuando tratamos de dar respuestas a la pregunta: ¿qué es sociedad civil y cuál es el poder que tiene el ciudadano? Se deben enunciar algunos supuestos que son necesarios para entender la función social y política de estas dos instituciones y su importancia para impulsar los cambios que más del 80% de los venezolanos anhelan actualmente.

Es prioritario atribuir el valor real con que cuentan estas dos instituciones dentro de los procesos políticos que ha experimentado nuestra historia. Decía J. Stuart Mill: “La política realmente marca la historia; lo que convierten a las palabras que designan los conceptos maestros de la teoría política en indicadores de experiencias”. Por lo tanto, adueñarse de una palabra es adueñarse de la realidad que denota. Y el cómo hacerlo va a depender de la comprensión de sus definiciones.

Desde esta perspectiva el cambio que aspira la sociedad venezolana es posible, por lo que la “Sociedad Civil” y el “Poder Ciudadano” juegan un papel fundamental en el andamiaje político-institucional que garantice una racionalidad instrumental y valorativa, y en la medida que se ponga énfasis en la necesidad del cambio, con estas dos instituciones, se fortalecerá y vigorizará el proceso de creación institucional para lograr la organización que conducirá al éxito del objetivo.

Para esto se requiere una sociedad civil con ciudadanos comprometidos y activos en todos los ámbitos. Una sociedad civil estructurada en base a grupos más pequeños que el demos, la clase trabajadora, la masa de consumidores o la nación. Al incorporarse a ella todos estos grupos deben fragmentarse necesariamente. Se convierten en parte integrante del mundo de la familia, los amigos, colegas, etc., mundo en los que la gente está unida y se hace responsable de los demás. Unidad y responsabilidad, lo que a la vez fortifica el “Poder Ciudadano” conjugado con la organización de la “Sociedad Civil”. Esto supone de un liderazgo que tenga muy claro de cómo encausar estas fuerzas. La buena noticia es que esto está sucediendo en Venezuela y cuenta con el liderazgo para encausarlo.

De una cosa estoy seguro, el país quiere cambio y para lograrlo es necesario tener en cuenta estos dos conceptos, y avanzar sabiendo y aprendiendo de sus errores, valorando la fuerza que tienen para impulsarlo, a través de una fuerte organización y una vigorosa campaña electoral donde se exprese todo ese poder ciudadano.

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José Gregorio Contreras: Sociedad civil y poder ciudadano

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15.01.2024

En el acontecer político venezolano de estos últimos tiempos hemos oído hablar reiteradamente de “Sociedad Civil” y “Poder ciudadano”. La pregunta es obvia. Al margen de todas las reflexiones y disquisiciones teóricas, en la práctica cotidiana es común escuchar: ¿qué es sociedad civil y cuál es el poder que tiene el ciudadano? La pregunta es simple pero la respuesta aunque es extremadamente compleja no es imposible de responder a la luz de los acontecimientos que hemos experimentado en el desenvolvimiento que ha tenido la sociedad venezolana a lo largo de su historia.

La verdad es que a estos conceptos, salvo en contadas excepciones, no se les ha prestado la debida atención o no se les ha dado una adecuada valoración política, consideradas las consecuencias que sus denotaciones y significaciones entrañan para el ejercicio del poder político y el hecho de que las teorías que sustentan los conceptos de “Sociedad Civil” y “Poder Ciudadano” sirven muy bien para combatir y derrotar el poder autocrático; pues en rigor, si el poder debe ser verdaderamente del pueblo, cualquier ubicación del poder que no sea en el pueblo es inadmisible.

En los hechos, en todo este tiempo, la sociedad venezolana ha demostrado que es........

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