Ante las últimas tropelías del régimen para tratar de frenar a María Corina Machado en su ya decidida candidatura presidencial por más de dos millones y medios de venezolanos, han habido voces que saltan a proponer o a preguntar cuál es el “Plan B” en el marco de esas acciones de abuso de poder, planteamientos estos que consideramos, además de errados, inconvenientes e inoportunos. En este artículo trataremos de hacer un análisis politológico para argumentar que se equivocan quienes así actúan, haciéndole el juego al régimen y torpedeando la política llevada a cabo por la líder opositora María Corina Machado, me adelanto a decir, que parecieran con esa actitud, tal vez sin proponérselo o llevados por subrepticios y mezquinos intereses, no sé, dirigidos a matar la política como posibilidad de cambio.

Cuando nos adentramos al campo de la ciencia política y revisamos los conceptos de poder y analizamos los múltiples actores que han escrito con el objeto de dar luces y estrategias para la conquista y mantenimiento del mismo, nos damos cuenta que en ellos hay una gran enseñanza: la gran política es la política de fundadores y redentores. Simple pero de tal complejidad y profundidad, que el análisis adecuado de sus implicaciones desborda el propósito de estas breves líneas. Con esto nos están diciendo que las repúblicas necesitan grandes líderes políticos. Todos los estudiosos de este campo han tenido la capacidad de infundir en sus obras emotivos mensajes que han ayudado a estimular la acción política con fines de redención inspirada por los ideales de la libertad republicana. Haciendo uso de estos argumentos politológicos refutamos la posición de quienes buscan o proponen un plan B.

Partiendo de ellos, teniendo claro que los estudiosos de estos temas (Sun Tzu, Aristóteles, Maquiavelo, Weber, etc.) no han hecho algo más que ser capaces de ayudar a convertir en acción política la más profunda pasión de los políticos -cualidad que aconseja Weber para estos-, que es el amor por el país y haciendo uso de sus consejos para la emancipación política, pretendemos hacer una defensa de la posición que hoy dignamente sostiene María Corina Machado.

María Corina es una mujer que ha encontrado en la política su alimento espiritual, tenemos años en la lucha con ella que nos permiten escrutar su vida y acciones y en estas no se percibe otra cosa que preocupación y ocupación política por la defensa e instauración de la libertad en Venezuela y por el desarrollo de nuestro país, he allí su virtud.

Digamos al respecto algunas cosas que consideramos útiles, apoyados en particulares concepciones conceptuales de la ciencia política, que lejos de ser absurdas según la valoración de algunos que nos juzgan idealistas, constituyen elementos indispensables para evaluar la política y a los actores políticos que la hacen posible; todos estamos de acuerdo en reconocer su valentía e impetuosidad, en que tiene grandes ideas y en que toma audaces decisiones, que estos son atributos que los clásicos de la política demandan en el accionar de los políticos para momentos como los que vive Venezuela. Y lo que debe parecernos a todos fundamental, para dejar de incurrir en tantos desmanes y despropósitos: el hecho incontrovertible de que son esos atributos los que le han permitido construir su descomunal fuerza y a los que un régimen carente de ellos tiene justificado terror de enfrentarse.

Es un consenso en los estudiosos de la ciencia política que para la acción política se requiere de verdadera grandeza y nobleza de ánimo, virtud que ha demostrado tener María Corina Machado. Ha sido leal a sus principios de que los seres humanos deben ser libres para alcanzar algún grado de felicidad. Ha tenido el poder de mover a la gente a la acción y de convertirse en su real y verdadera esperanza.

Ha tenido una atinada prudencia política para entender los tiempos políticos que vivimos, lo que ha adquirido, como ella bien dice, con aciertos y desaciertos. Conocimiento de la realidad política que le ha permitido la gran hazaña de unir a más del 80% de los venezolanos, dispuestos a resucitar nuestra libertad.

Ha sido capaz de identificar la disposición e imaginación individual de nuestros conciudadanos, dispuestos acompañarla hasta el final en su lucha por la libertad, condición demostrada en todos los pueblos que visita.

Ante todas estos apretados argumentos, al tener claro la importancia de la acción política, y siguiendo los postulados de los estudiosos de la ciencia política, es un grito de apasionada urgencia el entender que tenemos una líder que sabe lo que quiere y la necesidad de aceptarla con entusiasmo, no hay tiempo para pequeños ruidos, es la hora de demostrar la verdadera grandeza por Venezuela.

Ella ha logrado estimular una nueva voluntad colectiva con el único medio que tiene disponible: “el ejercito de palabras” que la sociedad venezolana ha sabido interpretar y cuyas motivaciones se convierten en la fuerza electoral que jamás hayamos visto en la política venezolana; siendo así no matemos la política, la verdad aceptada por las grandes mentes de la ciencia política y hoy señaladas y corroboradas por los hechos, valga precisar, por la actitud que hoy expresa la gran mayoría de los venezolanos, la legitiman para ejercer el liderazgo del actual momento político que vivimos, condición que le permite, a su vez, unir y acabar con los ruidos que matan la política.

Nuestro papel es acompañar el accionar político de María Corina Machado, que sin duda encajan en los consejos que cualquier actor experimentado en el arte de la estrategia podría sugerir, y así contribuir de manera efectiva a aumentar la inspiración del pueblo venezolano a comprometerse a la libertad de nuestro país. Lo contrario: las ruidosas sugerencias del “Plan B”, es hacerle coro a las políticas distraccionistas y desmotivadoras del régimen, es ir en contra del mandato ciudadano; si en verdad quieren ayudar el gran consenso debe ser en torno a ella y al mandato del 22 de octubre. Actúan como irracionales quienes aún no han comprendido que el único plan es liberar a Venezuela.

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José Gregorio Contreras: El único plan es liberar a Venezuela

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05.02.2024

Ante las últimas tropelías del régimen para tratar de frenar a María Corina Machado en su ya decidida candidatura presidencial por más de dos millones y medios de venezolanos, han habido voces que saltan a proponer o a preguntar cuál es el “Plan B” en el marco de esas acciones de abuso de poder, planteamientos estos que consideramos, además de errados, inconvenientes e inoportunos. En este artículo trataremos de hacer un análisis politológico para argumentar que se equivocan quienes así actúan, haciéndole el juego al régimen y torpedeando la política llevada a cabo por la líder opositora María Corina Machado, me adelanto a decir, que parecieran con esa actitud, tal vez sin proponérselo o llevados por subrepticios y mezquinos intereses, no sé, dirigidos a matar la política como posibilidad de cambio.

Cuando nos adentramos al campo de la ciencia política y revisamos los conceptos de poder y analizamos los múltiples actores que han escrito con el objeto de dar luces y estrategias para la conquista y mantenimiento del mismo, nos damos cuenta que en ellos hay una gran enseñanza: la gran política es la política de fundadores y redentores. Simple pero de tal complejidad y profundidad, que el análisis adecuado de sus implicaciones desborda el propósito de estas breves líneas. Con esto nos están diciendo que las repúblicas necesitan grandes líderes políticos. Todos los estudiosos de este campo han tenido la capacidad de infundir en sus obras emotivos mensajes que han ayudado a estimular la acción política con........

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