Es de Perogrullo que lo que mal comienza mal acaba y del juramento en el Samán de Güere al comunicado ¡Por esto insurgimos! el trecho es largo. Pues bien, estando presos en Yare los golpistas del 4 de febrero de 1992, comenzaron a escribirle a políticos e intelectuales las causas de su rebelión, identificándose como MBR-200, sosteniendo que: «En Venezuela no existe separación alguna entre las ramas del Poder Público, pues los partidos políticos (…) conspiran entre sí para usurpar la soberanía popular y lograr que el Ejecutivo se arrogase la totalidad de los poderes del Estado” (El Nacional, junio 23 de 2013).

A la fecha, aquella inquietud es insuperable como inocultable el rastro de sangre, corrupciones y narcotráfico para lo que pudo ser una revolución, ahora toda una bien fortalecida «robolución» bajo los dictados en principio, del sociólogo nazi fascista argentino Norberto Ceresole, luego Fidel Castro, hasta que se impusiera el ”comandante dólar” caminando por América como la espada de Bolívar, hasta llevarnos a jugar con la soberanía territorial de la República y en consecuencia, con el derrotado «referéndum consultivo». Veamos las responsabilidades.

En primer lugar, el régimen, que por 19 años ideologizó la política exterior venezolana, muy puntualmente con relación a Guyana, para lo cual Chávez declaró desde Georgetown, en 2004: «Venezuela le dará petróleo a Guyana, le condonará la deuda, le hará una carretera… y no va a mencionar el asunto del Esequibo». Luego, la Fuerza Armada Nacional, al no advertir los alcances de aquella irresponsable declaración por encima de elementales principios constitucionales de seguridad de la República.

En ese orden los académicos de Historia, Ciencias Políticas y Sociales conocedores con propiedad de nuestro reclamo territorial, por haber reaccionado tardíamente y sin consensuadas opiniones que han terminado confundiendo a la ciudadanía.

Fedecámaras, que como representante del sector económico privado del país, sin duda, sujeta a la intimidación del régimen, debió haber tenido otra posición.

En aquel sentido, los rectores universitarios, obligados más a sus responsabilidades pedagógicas.

Finalmente a ciertas franquicias políticas, asalariadas del Departamento de Estado norteamericano, no sólo por sus desprestigios y sobre sus hombros una cuestionada dirigencia con expedientes abiertos, por hechos de corrupciones que no prescriben, en búsqueda de impunidades y no menos delatador del fracaso político, un fraudulento montaje de adhesiones según el Consejo Nacional Electoral…

«786.321 organizaciones políticas, movimientos sociales, gremios, universidades, comunidades indígenas y grupos religiosos. Se incluyen 46 partidos, 13.516 gremios, 3.791 sindicatos, así como una diversidad de organizaciones de la sociedad civil vinculadas a la política, la cultura y el activismo social» … ¿Dónde estuvo sus influencias?

Sólo la Iglesia Católica fue cívicamente honesta, no en contra de la propuesta consultiva, sino al solicitar su postergación para un convencimiento, necesario y unitario…

Vistas así las cosas -a nuestro juicio- ¿es en manos de la señalada dirigencia, por lo demás deslegitimada, como el país va a salir del atajo? Sin lugar a dudas ¡No! y ello lo saben las inconsultadas bases de los entes señalados. El cuestionado entonces no ha sido el referéndum consultivo como tal, sino sus convocantes y adherentes y el reto es rebelarse dentro de las carcomidas organizaciones políticas para el rescate de la democracia venezolana…

ardive@gmail.com

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Jorge Ramos Guerra: El consultivo, ¡Derrota de unas élites!

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05.12.2023

Es de Perogrullo que lo que mal comienza mal acaba y del juramento en el Samán de Güere al comunicado ¡Por esto insurgimos! el trecho es largo. Pues bien, estando presos en Yare los golpistas del 4 de febrero de 1992, comenzaron a escribirle a políticos e intelectuales las causas de su rebelión, identificándose como MBR-200, sosteniendo que: «En Venezuela no existe separación alguna entre las ramas del Poder Público, pues los partidos políticos (…) conspiran entre sí para usurpar la soberanía popular y lograr que el Ejecutivo se arrogase la totalidad de los poderes del Estado” (El Nacional, junio 23 de 2013).

A la fecha, aquella inquietud es insuperable como inocultable el rastro de sangre, corrupciones y narcotráfico para lo que pudo ser una revolución, ahora toda una bien fortalecida «robolución» bajo los dictados en principio, del sociólogo nazi fascista argentino Norberto........

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