Amables lectores: Explicar el paso de un aumento de la riqueza nacional del 12% cerrando el gobierno de Iván Duque, a un valor negativo, solo 15 meses después en manos de Petro, debe ser calificado como un desastre y el único responsable es este gobierno pues no han sucedido hechos extraordinarios como una pandemia o una crisis internacional, como lo afirma Mario Hernández, para justificar estas malas cifras.

Como la mayoría de los colombianos, me doy cuenta que la causa de la desaceleración de la economía es la desconfianza que se ha creado con el actual gobierno. Sus salidas en falso, su improvisación en toma de decisiones claves para el país, la responsabilidad y falta de conocimientos de algunos de los funcionarios más cercanos ha generado esta gran pérdida de confianza con el ciudadano.

La solución para salir del problema, según Petro, es que el gobierno debe garantizar más plata, obteniéndola de créditos o con refinanciación de la deuda y que para lograrlo hay que terminar con la regla fiscal. Los inversionistas tanto nacionales como extranjeros exigen seguridad jurídica y seguridad pública para lograr desarrollar negocios, proyectos y nuevas inversiones.

Las reformas presentadas como la de salud, pensiones y laboral amenazan el desempeño empresarial, creación de empleo y condiciones sociales y económicas del país; son un indicativo de inseguridad jurídica siendo la causa de ahuyentar la inversión porque destruye la confianza inversionista.

La política está afectando gravemente la inversión, no es solo un problema de tasas sino de incertidumbre. Esta ha ido en aumento cuando el presidente habla de revisar la regla fiscal cuando la verdad el gobierno tiene recursos suficientes sin ejecutar y la inversión pública es solo el 20% de la inversión total.

Hoy quienes creen que los recursos públicos son generados por el gobierno y por lo tanto los puede destinar libremente y sin límite, qué gran mentira, el estado no genera ni un peso de riqueza sino esta depende de la fuerza productiva conformada por las empresas y sus trabajadores.

Es indispensable que el presidente del cambio diga que la reactivación de la economía se va hacer con gasto público. Tener mucho cuidado porque al final resulta peor el remedio que la enfermedad.

María Sol Navia, afirma: “Colombia ha tenido una imagen de seriedad en su política fiscal” y el Banco Mundial igualmente manifiesta: “Colombia tienen un historial de gestión macroeconómica y fiscal prudente moviéndose en un régimen de inflación objetivo, un tipo de cambio flexible y con un marco fiscal basado en una regla fiscal moderna que asegura la estabilidad económica, ingrediente clave para reducir la pobreza”.

Cambiar o incumplir la regla fiscal destruye la imagen creada durante años de acertada política. Al gobierno solo le queda el camino de respeto y apoyo al sector privado para recuperar la confianza y credibilidad.

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