En un artículo de Daniel Innerarity publicado en El País se dice que en la izquierda hay actualmente más resistencia que revolución. Me lleva esta reflexión de todo un catedrático de Filosofía Política a recordar la llamada a la resistencia de Ska-P en El vals del obrero que he oído cantar a los jóvenes de izquierda: "Sí señor, sí señor, somos la revolución ¡Resistencia! ¡Resistencia!".

Y más allá o más bien más acá, entre mi gente de izquierdas de la pequeña ciudad donde tengo la suerte de vivir, también me lleva a reflexionar lo que sucede en la pequeña provincia de Zamora, que no es una excepción. En los últimos años de movilizaciones por el futuro de Zamora se ha reivindicado más la resistencia que la revolución. Incluso la vuelta al pasado en muchos casos.

¡Reapertura! ¡Reapertura! Era el lema que se coreaba en la concentración del sábado pasado en la Plaza de la Constitución, tras los argumentos más que razonables y de peso para defender unas vías de comunicación por tren que nos llevasen al futuro. No estábamos pidiendo un nuevo y revolucionario medio de transporte, sino una vuelta a ese pasado en el que contábamos con el tren Ruta de la Plata que nos unía pueblo a pueblo y nos llevaba hasta el mar, que es el vivir. Y que ahora nos uniría al Corredor del Atlántico y nos llevaría al desarrollo económico.

En la década de los 80 del siglo pasado, los zamoranos habían llamado a la resistencia para evitar el cierre del ferrocarril, con "todas las manos todas" menos las del gobierno de turno del PSOE. Pero la Ruta de la Plata siguió cerrándose. Y siguió cerrada e intentando que se olvidase con la táctica del "poli bueno, poli malo" con gobiernos del PP: transformando las vías de hierro en vías verdes para viandantes y "biciclistas", como se hizo en Benavente y su entorno; levantando los raíles por las bravas entre Salamanca y Zamora; o dejándolos oxidarse en la ciudad a la vez que lanzando cantos de sirena para que el puente de ferrocarril se transforme en peatonal.

"Este es mi sitio, esta es mi gente ¡Resistencia! ¡Resistencia!"

¡Reapertura! ¡Reapertura! Seguían levantando las pancartas el sábado pasado como todos los sábados en Tábara y Bermillo de Sayago, pidiendo la reapertura de los consultorios médicos. No estaban pidiendo un hospital de últimas tecnologías médicas en la zona rural zamorana, sino una vuelta a ese pasado tan cercano en el que el médico y la practicanta, o viceversa, iban hasta el pueblo para pasar consulta en un horario que todos conocían. Sin necesidad de pedir cita previa por el ordenador que ni funciona muchas veces y que ni sabemos cómo funciona, o del móvil que no tiene cobertura y te responde un robot.

En este caso no hubo un movimiento de resistencia previa como en el del cierre de la Ruta de la Plata, porque la terrible pandemia del COVID y la responsabilidad de los zamoranos hicieron entender que en ese momento lo prudente y seguro era el cierre de los consultorios. Pero pasados los tiempos difíciles de la pandemia, el poli bueno dice que se abren pero a la demanda telefónica y el poli buenísimo dice que no hay médicos ¿Es que Castilla entera se ha quedado sin médicos? ¿No habrá nadie que escuche a los enfermos? (diría Alberti si hiciera un poema a los poetas de esta tierra doliente). Y se vuelve a oír ¡reapertura!, en un movimiento de pura resistencia con el chaparrón que estaba cayendo el sábado pasado.

"Y estamos aquí, aguantando el temporal", como cantaba Labordeta.

¡Resistencia! ¡Resistencia! Desde las páginas de este diario el domingo, los ganaderos sayagueses reunidos en asamblea gritan resistencia frente al sacrificio masivo de vacas y a los vaciados sanitarios, que se unen a los vaciados de la tierra donde viven desde hace años resistiendo la injusta política agraria de la PAC –a mayores con trama de corrupción incluida en Zamora–, a las nuevas y viejas enfermedades sin ayudas de los gobiernos, y al mercado libre que llena los super y los hiper de productos de alimentación lejanos, producto a su vez de la explotación de los hombres y mujeres, y de la tierra.

Resisten contra viento y marea: "La banca se resiste, detrás del capital. San Cosme y san Damián protegen al industrial" (sigue Labordeta). En la misma página de este diario, el lunes se anuncia que mientras la renta agraria desciende un 16,2%, las eléctricas se preparan para una oleada de "megaplantas verdes". No piden reapertura sino evitar los cierres: volver al pasado en definitiva.

Como decíamos, Zamora no es una excepción en la actividad de la izquierda. La guerra que protagoniza el presente es también de resistencia: del pueblo palestino para volver a su territorio reconocido legalmente por los acuerdos de la ONU. También es un ejemplo de resistencia la de nuestro querido y cercano pueblo saharaui.

Sin comparación con los ejemplos de resistencia citados, tengo que hablar también de la resistencia de mis compañeros y compañeras de IU ante los cantos de sirena que sonaron en la izquierda, y que han estado a punto de llevarnos al naufragio. Pero aquí nos llevaron a resistir y gobernar en el ayuntamiento. Y a resistir también contra viento de derechas y mareas de izquierdas.

Tal vez tenga razón el catedrático que dice que hoy en la izquierda hay más resistencia que revolución. Y que también dice que la derecha quiere apropiarse del futuro. Y del presente y del pasado, está en su ADN político (digo yo, no el catedrático).

Será que no son "buenos tiempos para la lírica", todo un golpe bajo para la izquierda revolucionaria que se está haciendo conservadora al gritar resistencia. O tal vez que se están perdiendo tantos derechos que sólo nos queda resistir para mantenerlos y defendernos de un futuro peor para nuestras hijas. Porque resistir es ganar.

Siempre nos quedará el ejemplo del Cuartel Viriato, que pasó de la resistencia cuando se cerró y se llevaron a los militares, a la revolución cuando toda la sociedad zamorana –salvo el gobierno de turno de entonces- se unió para transformarlo en un campus universitario.

Siempre nos quedará El vals del obrero que también lo tiene bastante claro: "Sí señor, sí señor, somos la revolución ¡Resistencia! ¡Resistencia!".

Lo sois porque seguís resistiendo. También en Zamora.

(*) Portavoz de IU en la Diputación

QOSHE - Revolución y resistencia de las movilizaciones de Zamora - Laura Rivera
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Revolución y resistencia de las movilizaciones de Zamora

1 0
07.11.2023

En un artículo de Daniel Innerarity publicado en El País se dice que en la izquierda hay actualmente más resistencia que revolución. Me lleva esta reflexión de todo un catedrático de Filosofía Política a recordar la llamada a la resistencia de Ska-P en El vals del obrero que he oído cantar a los jóvenes de izquierda: "Sí señor, sí señor, somos la revolución ¡Resistencia! ¡Resistencia!".

Y más allá o más bien más acá, entre mi gente de izquierdas de la pequeña ciudad donde tengo la suerte de vivir, también me lleva a reflexionar lo que sucede en la pequeña provincia de Zamora, que no es una excepción. En los últimos años de movilizaciones por el futuro de Zamora se ha reivindicado más la resistencia que la revolución. Incluso la vuelta al pasado en muchos casos.

¡Reapertura! ¡Reapertura! Era el lema que se coreaba en la concentración del sábado pasado en la Plaza de la Constitución, tras los argumentos más que razonables y de peso para defender unas vías de comunicación por tren que nos llevasen al futuro. No estábamos pidiendo un nuevo y revolucionario medio de transporte, sino una vuelta a ese pasado en el que contábamos con el tren Ruta de la Plata que nos unía pueblo a pueblo y nos llevaba hasta el mar, que es el vivir. Y que ahora nos uniría al Corredor del Atlántico y nos llevaría al desarrollo económico.

En la década de los 80 del siglo pasado, los zamoranos habían llamado a la resistencia para evitar el cierre del ferrocarril, con "todas las manos todas" menos las del gobierno de turno del PSOE. Pero la Ruta de la Plata siguió........

© La Opinión de Zamora


Get it on Google Play