Según las restauradoras de los tres cuadros que han sufrido el acto vandálico en la Diputación, un bastón ha sido el arma del que se han valido los agresores para abrir unas brechas en tres pinturas del patrimonio artístico que atesora entre sus paredes -para disfrute de los privilegiados que ocupan los despachos o andan por los pasillos- la institución que se dice tan cercana pero que se niega a abrir sus puertas al disfrute de las obras que adornan sus privilegiados y vigilados recintos, como les hemos propuesto recientemente cuando vimos que corría peligro el valioso patrimonio.

Unas brechas que ponen de manifiesto que la institución cercana está cerrada para que los ciudadanos puedan disfrutar de su patrimonio. Que además mantiene cerrado y sin uso el Viejo Palacio de la calle Ramos Carrión con su maravilloso salón de plenos antiguo. Y que pese a estar cerrada a cal y canto no cuenta con la vigilancia necesaria para proteger las obras de arte.

Ha sido conocer que el arma de destrucción es un bastón, y empezar a especular sobre la autoría de quien ha podido cometer tamaño atentado contra el patrimonio de una institución que parece segura porque mantiene sus puertas cerradas al disfrute del arte y a la reivindicación de derechos de los ciudadanos.

Tal vez haya sido algún zamorano o zamorana autóctono o de la diáspora quien haya decidido abrirse brecha en la Diputación para denunciar que la institución cercana está cerrada a las demandas y necesidades de la provincia. Y que por ello encierra verdaderas obras de arte entre sus paredes, y encierra cien millones de euros sin gastar en el banco al finalizar el año pasado, mientras en la zona rural de Zamora se abren brechas que alejan a la población de la riqueza y el desarrollo social.

Tal vez las restauradoras de los tres cuadros dañados se hayan confundido sobre el arma, y el objeto punzante no fuera más que una cachava o un cayado de pastor. De alguno de esos que han intentado llegar al servicio de agricultura y ganadería de la cercana institución para pedir ayuda porque ven cómo se mueren las vacas por la enfermedad del mosquito, a la que se une ahora la tuberculosis que les obliga a sacrificar todas las reses. Y se han encontrado con la puerta cerrada a las subvenciones que con el dinero que tienen en el banco podrían complementar las que a veces da la Junta, pero llegan tan tarde… En fin, que indignados porque al vaciado de la explotación ganadera le sigue el vaciado de la tierra, tal vez han tirado al aire el cayado inútil porque ya no tiene ganado que pastorear. Y aunque sin intención se ha dañado el patrimonio de todos que sólo algunos disfrutan puertas adentro de la diputación.

Esa Diputación que rápidamente ha tomado medidas para tapar las brechas de los cuadros dañados, pero que no ha sido capaz de apoyar ninguna moción en el pleno para evitar la brecha sanitaria en los pueblos donde se han cerrado los consultorios médicos. Y las personas que viven en ellos sufren también otra brecha, la digital, que les impide conectar por teléfono o por internet con el médico para que vaya a atenderlos. En una población envejecida, no es probable que les baste con un bastón de ayuda para llegar a las puertas de la diputación a pedir su apoyo. Además, la mayoría lo que llevan es una muleta para ayudarse a andar. Y aunque se encuentran en buena forma física para seguir defendiendo el derecho a la sanidad, lo cierto es que no confían en la institución tan alejada de sus intereses. Prefieren sentarse a la puerta del centro de salud con pocos médicos o del consultorio sin ninguno que ir a tocar a la puerta cerrada, no sólo al disfrute del arte, sino a la lucha por la salud de la diputación, que nunca les ha apoyado.

Pudiera ser que se trate de un bastón de senderismo. De alguien que, indignado por la falta de ayudas directas a los territorios que ardieron en las comarcas zamoranas de alto valor ecológico, haya ido a la Diputación cercana para decir que la Culebra no se calla y que sigue trabajando por reforestar los bosques y seguir con ayuda del bastón o la muleta de la solidaridad abriendo senderos para caminar juntos. Brechas no, caminos.

O tal vez fuera un garrote que respondiera a las brechas que impiden hasta llegar a las puertas de la cerrada institución, pese a ser tan cercana: la brecha financiera que les impide sacar dinero para pagar el autobús; el propio autobús que hay que pedir a la demanda por el móvil que no tiene cobertura; o el moderno AVE que ni para en la estación de Sanabria porque considera que no han podido coger el billete; o que al ser más barato desde Orense, ha parado sólo en aquella estación.

Esto de dejar tirados a los escasos viajeros del AVE en Sanabria no es de momento más que una triste anécdota. Pero tal vez acabe convirtiéndose en la misma categoría por la que cerraron escuelas, consultorios, tiendas, bares y servicios, y vaciaron el ganado y nos vaciaron a todos.

Así que con bastón de trekking, muleta para ayudarnos, cayada de los pastores, o una buena garrota, porra o cachiporra, casi todos sospechosos somos de la indignación que se merece abrir brecha en nuestra Diputación – no en su patrimonio que es nuestro – sino en esa institución para que se democratice, abriéndose a los pueblos y sus problemas reales. Los dichos y miles de otros.

Exculpados los zamoranos, de carácter más bien pacífico, tal vez habría que pensar sobre la mano que mece la empuñadura del bastón de mando, ese oscuro objeto de deseo que tanto se ansía, y que en los últimos años ha estado pendiente de un hilo por la pérdida de mayoría absoluta del PP que había mandado siempre en la institución.

¿Será el arma agresora el bastón de mando de la Diputación de Zamora que durante los últimos años ha dependido de un partido llamado Ciudadanos y que durante ocho años sostuvo al partido de derechas de siempre? Y lo más importante ¿quién en su caso lo ha empuñado hacia el delito patrimonial?

Es cierto que los diputados de Ciudadanos sostuvieron con su voto el bastón de mando hace ocho años, y lo mantuvieron con resistencia presidencial durante los últimos cuatro. Como uno se pasó al PP en su pueblo y alejado del bastón de la Diputación, queda descartada la posible autoría. El diputado expresidente creó un nuevo partido con el nombre de esa Zamora a la que había traicionado entregándola a la mafia, que enseguida se lo arrebató en medio de acusaciones por haber compartido lo que era «la cosa nostra»; o sea, la cosa suya, que volvía a ser de ellos. Por eso es improbable que en la fecha del delito el bastón de mando siguiera en sus manos.

Descartada también la oposición de izquierdas, que es más de levantar el puño que de aferrar la empuñadura del bastón de mando, sólo queda una opción: que la lucha interna por el disputado bastón entre diputados del PP lo hubiera hecho saltar por los aires, con el consiguiente perjuicio causado a las pinturas. Algo que podría explicarse por la lucha descarnada por el poder, pero también poco factible desde que el nuevo presidente ha cogido el bastón con puño firme. Y marcial.

Tal vez fuera un buen alcalde de su pueblo regidor

Que se enteró que de planes menos dinero llegó

que al de al lado que, tocado por el dedo salvador,

recibió el doble que el suyo. Y lleno de indignación

alzó los brazos al cielo y se le escapó el bastón.

Ese bastón del que nunca sabremos quién lo empuñó,

ni si fue casualidad o si hubo mala intención.

Como el romancero, anónimo, así será la agresión.

Si de algo nos enteramos, les daremos la razón

para que no pague el pueblo, sino quien lo ejecutó.

(*) Portavoz de IU en la Diputación

QOSHE - Las brechas que hizo el bastón en nuestra Diputación - Laura Rivera
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Las brechas que hizo el bastón en nuestra Diputación

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04.12.2023

Según las restauradoras de los tres cuadros que han sufrido el acto vandálico en la Diputación, un bastón ha sido el arma del que se han valido los agresores para abrir unas brechas en tres pinturas del patrimonio artístico que atesora entre sus paredes -para disfrute de los privilegiados que ocupan los despachos o andan por los pasillos- la institución que se dice tan cercana pero que se niega a abrir sus puertas al disfrute de las obras que adornan sus privilegiados y vigilados recintos, como les hemos propuesto recientemente cuando vimos que corría peligro el valioso patrimonio.

Unas brechas que ponen de manifiesto que la institución cercana está cerrada para que los ciudadanos puedan disfrutar de su patrimonio. Que además mantiene cerrado y sin uso el Viejo Palacio de la calle Ramos Carrión con su maravilloso salón de plenos antiguo. Y que pese a estar cerrada a cal y canto no cuenta con la vigilancia necesaria para proteger las obras de arte.

Ha sido conocer que el arma de destrucción es un bastón, y empezar a especular sobre la autoría de quien ha podido cometer tamaño atentado contra el patrimonio de una institución que parece segura porque mantiene sus puertas cerradas al disfrute del arte y a la reivindicación de derechos de los ciudadanos.

Tal vez haya sido algún zamorano o zamorana autóctono o de la diáspora quien haya decidido abrirse brecha en la Diputación para denunciar que la institución cercana está cerrada a las demandas y necesidades de la provincia. Y que por ello encierra verdaderas obras de arte entre sus paredes, y encierra cien millones de euros sin gastar en el banco al finalizar el año pasado, mientras en la zona rural de Zamora se abren brechas que alejan a la población de la riqueza y el desarrollo social.

Tal vez las restauradoras de los tres cuadros dañados se hayan confundido sobre el arma, y el objeto punzante no fuera más que una cachava o un cayado de pastor. De........

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