O, de qué listo eres para unas cosas y qué tonto para otras. Eso pasa a menudo en el género humano. Y ocurre también que las circunstancias nos cambian de un día para otro. Ancelotti le ganó la partida a Simeone en Arabia y el argentino le dio un repaso al italiano en la Copa pocos días después. ¿Quién es mejor? Pues probablemente cada uno en su día, en su club, en su idea y en sus circunstancias. Y no es de una semana para otra, no. Las largas trayectorias suelen ser estructurales y no dependen de un momento bueno o malo.

Sucede igual con los futbolistas. Griezmann es el mismo jugador en el Atleti que en el Barça. Es decir, ni ha aprendido cosas nuevas ni le han cambiado el cerebro. Pero en el Metropolitano es líder y en Can Barça era meritorio. Allí brillaba el mejor de todos los tiempos, Messi, y en Madrid ha superado al mejor colchonero histórico, don Luis Aragonés. Parece de Perogrullo, aunque a veces olvidamos que no es lo mismo jugar en casa ajena a la sombra del mejor de la historia, ocupando por vocación futbolera el mismo espacio, que hacerlo a tu aire con tus compañeros y los aficionados rendidos. Aunque esto también tiene truco. Y en el caso del francés está en el banquillo. Si el entrenador más carismático de un club, Simeone, te reclama y hace jugar al equipo a tu alrededor, solo necesitas suerte y lucir tu calidad para brillar. Por el contrario, si te ficha la directiva y el técnico de turno tiene que buscarte encaje en el campo sin molestar al monstruo, tienes todas las papeletas para fracasar. Resumen: la noche en el Barça y el día en el Atleti, porque Griezmann es el mismo.

E incluso en ese caso, el francés de Madrid es el mismo que el de Arabia. En la Supercopa pasó desapercibido y en la Copa hizo historia. ¿Qué cambió? Las circunstancias. Entre otras, que los atléticos tuvieron varios días más de descanso que los merengues y la eliminatoria llegó a la prórroga. Y en el tiempo extra, los cambios de Simeone liquidaron a los de Ancelotti por piernas y frescura mental. Además, el argentino tuvo la templanza suficiente para aguantar los relevos hasta ese momento.

Y hay otro aspecto a tener en cuenta cuando se trata de competir. Quienes lo hayan hecho, sea al nivel que sea, saben que hay lugares donde te sientes mejor que en otros. Es una cuestión anímica que nada o poco tiene que ver con tu mera condición física y técnica. Hasta los colores propios y ajenos cuentan. Todos recordamos a goleadores que frente a determinados equipos no fallan y, sin embargo, contra otros parecen gafados. Es muy complicado hallarle explicaciones a este fenómeno. La clave está dentro del cerebro, territorio todavía casi inexplorado. Confianza, percepciones, afinidades, enzimas, hormonas…

Para corroborar esos cambios tan inexplicables podemos analizar el fenómeno Xavi. Como ya vimos, de un año para otro se le cae el equipo siendo prácticamente los mismos. Salvo Busquets, eso sí. Pero tampoco la falta de un solo jugador puede explicar tanta diferencia. Y lo que empieza con un día malo se convierte con el paso de las jornadas en un quiero y no puedo que deriva en desconfianza, inseguridades atrás y delante, lentitud mental y hasta falta de suerte en momentos decisivos. Si a todo eso le añadimos la propia inestabilidad institucional del Barça actual, hallaremos respuestas.

Todo lo contrario del Madrid de Florentino Pérez y Ancelotti. El año pasado solo ganaron la Copa, con batacazo incluido frente al Barça en Arabia, y no se desbocaron bocas ni nervios. Tampoco con el fiasco presidencial de Mbappé. Y ahora, con todo aún por decidir, se renueva al técnico por dos años. ¿Alguien cree que si viene por fin el francés sería en plan capitán general? Dudoso. Tendría que ganarse primero al técnico y a los compañeros y después al público, aunque el presidente lo presentara en olor de multitudes. Es la diferencia entre un club consolidado y otro en transición.

Barça y Madrid, dos realidades opuestas que riman en fútbol y en algo más para una afición tan expectante como distraída por cuestiones ajenas al deporte. Pero tranquilidad, que como la naturaleza enseña, siempre amanece de nuevo. Y en el fútbol también la luz sucede a la oscuridad. Entre la noche y el día, amigos, tiempo y relatividad.

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'De la noche al día', por José Luis Ortín

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22.01.2024

O, de qué listo eres para unas cosas y qué tonto para otras. Eso pasa a menudo en el género humano. Y ocurre también que las circunstancias nos cambian de un día para otro. Ancelotti le ganó la partida a Simeone en Arabia y el argentino le dio un repaso al italiano en la Copa pocos días después. ¿Quién es mejor? Pues probablemente cada uno en su día, en su club, en su idea y en sus circunstancias. Y no es de una semana para otra, no. Las largas trayectorias suelen ser estructurales y no dependen de un momento bueno o malo.

Sucede igual con los futbolistas. Griezmann es el mismo jugador en el Atleti que en el Barça. Es decir, ni ha aprendido cosas nuevas ni le han cambiado el cerebro. Pero en el Metropolitano es líder y en Can Barça era meritorio. Allí brillaba el mejor de todos los tiempos, Messi, y en Madrid ha superado al mejor colchonero histórico, don Luis Aragonés. Parece de Perogrullo, aunque a veces olvidamos que no es lo mismo jugar en casa ajena a la sombra del mejor de la historia, ocupando por vocación futbolera el mismo espacio, que hacerlo a........

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