Si dando un paseo tropiezo con un loureiro, acabo siempre llevándome alguna de sus hojas a la nariz. Suelo hacerle varias dobleces antes de aspirar con fuerza su fragancia. El efecto es instantáneo: me transporta al verano, a una noche de agosto, de fiesta; cuando ni siquiera levantaría cinco palmos del suelo. El recuerdo me alegra. Nunca falla. Tristeza y loureiro verde son incompatibles. El de cocina es otra cosa, otra sensación; para lograr el viaje en el tiempo, la hoja debe ser recolectada del árbol o recién caída. También el fiuncho y determinadas colonias de mujer me evocan momentos especiales, contrapuestos digamos. En Vietnam, al Capitán Killgore, el napalm mañanero con el que bombadeaba a los charlies —los que no surfeaban— le traía un fuerte olor a victoria y al Dr. Aníbal Lecter le chiflaba apreciar los efluvios de Jodie Foster perfumada, aunque en aquella primera visita la agente Clarice no había usado ninguno. Bigas Luna en Jamón, Jamón tampoco se quedaba corto. Gusto y olfato van de la mano, así cuando Silvia, la jovencísima Penélope, pregunta: “¿Y a qué saben?”, Bardem suelta la famosa retahíla de alimentos de España: “A jamón. A tortilla de patatas. A cebolla. A ajo”.

Al parecer tomamos 35.000 decisiones al día, sin embargo, la mayoría están automatizadas. Es decir, se actualizan en segundo plano sin que seamos muy conscientes de ellas. Tengo la impresión que con los olores pasará algo parecido. Detectamos miles de ellos aunque solo unos cuantos nos paralizan, nos emocionan, nos despiertan. Cuando huele a café en casa, me siento seguro. Algo de científico debe de tener esto porque el manual del buen vendedor inmobiliario recomienda tener un cafelito recién hecho cuando se vaya a mostrar la vivienda a los posibles compradores.

Estos días broncos en igualdad me pregunto a qué olerán. ¿A Varón Dandy o a sobaco?, incluso... ¿a Sauvage de Dior Homme? No sé a qué huele la amnistía, pero casi seguro a Jacq’s. ¿Y Siria? ¿Tendrá notas de fósforo cuando la huelas por primera vez? Ucrania seguro que está perfumadita de uranio y Gaza… Gaza tampoco hay que ser muy espabilado, apesta a morgue. En Portugal, la Fiscalía ha provocado la dimisión del primer ministro António Costa. Resulta que en las escuchas de la investigación del ministerio público, se hacía referencia a un António Costa pero, no era ese Costa, sino otro Costa. Cuando se lía así de parda, ¿qué fragancia se respirará en el ambiente? Como existen empresas que fabrican esencias a medida, cuál crearían para ese glorioso momento del “fódase pá!, é o da economía...”. Quizás uno amaderado, con sándalo y ligeras notas cítricas, sería un perfume profundo y persistente. Imagino.

QOSHE - ¿A qué huelen estos días? - Xoel Ben Ramos
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¿A qué huelen estos días?

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27.11.2023

Si dando un paseo tropiezo con un loureiro, acabo siempre llevándome alguna de sus hojas a la nariz. Suelo hacerle varias dobleces antes de aspirar con fuerza su fragancia. El efecto es instantáneo: me transporta al verano, a una noche de agosto, de fiesta; cuando ni siquiera levantaría cinco palmos del suelo. El recuerdo me alegra. Nunca falla. Tristeza y loureiro verde son incompatibles. El de cocina es otra cosa, otra sensación; para lograr el viaje en el tiempo, la hoja debe ser recolectada del árbol o recién caída. También el fiuncho y determinadas colonias de mujer me evocan momentos especiales, contrapuestos digamos. En Vietnam, al Capitán Killgore, el napalm mañanero........

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