El desorden disfrazado de fiesta, el ruido ensordecedor, las libaciones sin fin, la luminosidad exagerada gastada a manos llenas con los impuestos de la gente, familias rotas y destruidas, en fin, lo que no puede ser la navidad, cuando en el horizonte se asoma el Mesías anunciado por Isaías en el antiguo testamento, la encarnación, Dios hecho hombre en la persona de Jesucristo y para ese plan de Dios escogió un ser humano sin mancha, María de Nazareth.

Desde luego celebro la alegría del encuentro de las familias, el jolgorio de la cena navideña cuando los hijos ausentes acuden al hogar de los mayores, el fervor en torno al pesebre, los aguinaldos, la celebración maravillosa de la novena de la navidad, los platos típicos regionales, pero no será........

© La Crónica del Quindío