1. Lo primero que está absolutamente claro es que la inhabilitación de María Corina Machado obedece a razones estrictamente políticas. Apelar a argumentos legales para lograr que la habiliten es pérdida de tiempo. Es irse por las ramas.

2. Lo segundo que está muy claro es que MCM está obligada políticamente a exigir que sean respetados sus derechos constitucionales, especialmente porque es la candidata escogida por la mayoría opositora. Por tanto, es inoportuno hablar de un “outsider” en este momento mientras no se cumpla un plazo mínimo para ejercer el derecho al reclamo.

3. MCM tiene que insistir en lograr su habilitación, para lo cual debe apelar a todos los mecanismos de negociación y presión que estén a su alcance para que el gobierno rectifique. Es su legítimo derecho.

4. Lo tercero que está absolutamente claro es que el gobierno está convencido (tanto como la Casa Blanca y la oposición venezolana) que habilitar a María Corina Machado equivale a una rendición anticipada. Nicolás Maduro (o cualquiera que le reemplace) sería el candidato de una opción que tiene 25 años en el poder. Demasiado tiempo. Y lo peor es que -por la razón que sea- ha sido un pésimo gobierno, dejando como legado un país destruido y con casi un tercio de la población huyendo masivamente a otros países.

5. Por tanto, no hay una sola razón política y electoral que permita anticipar una victoria oficialista en unas elecciones medianamente confiables y con participación masiva opositora con candidato único de consenso -tal como ocurrió en 2015-, independientemente de quien sea el candidato. Y lo más importante es que el gobierno lo sabe, tanto como la Casa Blanca y la oposición venezolana.

6. El cuarto elemento que está claro es que los principales voceros del gobierno (Maduro y Cabello) han dicho infinidad de veces que jamás entregarán el poder a la oposición, “ni por las buenas ni por las malas”, especialmente a algunos factores opositores, entre ellos María Corina Machado. Supongo que a nadie se le ocurrirá pensar -tras 25 años enfatizándolo y haciéndolo valer a sangre y fuego- que el chavismo gobernante está hablando en juego.

7. Por tanto, si convocan a una elección presidencial, el chavismo saldrá con un cuchillo en la boca a ganar esos comicios. Y, en el caso de perderlas, se asegurarán de entregar el poder a alguien confiable que les garantice todos sus derechos políticos, sin persecuciones, sin encarcelamientos, sin agresiones. Y, hasta ahora, lamentablemente María Corina Machado no está en esa lista.

8. Y digo “lamentablemente” porque, independientemente de las grandes diferencias que he tenido con ella por el manejo de las estrategias opositoras desde 2014, es una persona honesta, valiente y con ideas muy claras respecto a la transformación económica del país.

9. Pero de nada valen las promesas de una justicia transicional al gobierno mientras no exista confianza. Y recuperar una confianza perdida pasa por acciones convincentes (más que palabras y promesas), lo cual a veces requiere de mucho tiempo.

10. De manera que lo que está en discusión no es si MCM puede ser candidata o no. Lo que se discute es si -en primer lugar- el gobierno está preparado para entregar el poder ese año, y -en segundo lugar- entregarlo a una opositora que dijo recientemente que quiere a Nicolás Maduro vivo para que enfrente a la justicia. Y eso es lo que tiene el juego trancado.

11. Felicito la determinación de María Corina Machado de asociar su “hasta el final” a la ruta democrática. “Nada ni nadie nos apartará de la ruta electoral”, ha dicho con insistencia. Sin embargo, después de la ratificación de su inhabilitación ha comenzado a decir que “esto va más allá de unas elecciones… Es una lucha espiritual,… de organización y movilización”. No quiero especular al respecto.

12. Hay una fecha límite para la toma de decisiones. La prueba de fuego de esa orientación estratégica (enfocada en la ruta electoral) y el “hasta el final” de MCM ya tiene definido el Día D: La fecha establecida para inscribir a los candidatos habilitados en el CNE. Si MCM está habilitada, entonces sólo es cuestión de pocos meses para que sea confirmada como la presidente electa de Venezuela.

13. Pero si no queda habilitada (escenario altamente probable) entonces María Corina Machado y la Plataforma Unitaria tienen el mayor de los desafíos en sus manos ¿cuál sería el paso siguiente a ese Día D?

• ¿Protestas masivas frente al CNE?

• ¿No acudir a las elecciones, o sea, abstenerse para luego desempolvar el “Cese a la Usurpación”?

• ¿Volver a tomar las calles?

• ¿Insistir en rebeliones militares?

• ¿Pedir más sanciones internacionales?

• ¿Seguir llamando a los marines?

• ¿Apelar a “fuerzas ocultas” o a “estrategias que no podemos revelar” (el comodín utilizado durante 25 años cuando no hay nada qué decir?

• ¿Iniciar una lucha espiritual para expulsar a Maduro a punta de oraciones?

14. Estas opciones son un salto al vacío, pues ninguna tiene sustento tangible como para propiciar un cambio de gobierno (la obstinada experiencia como testigo), y cuyo resultado final seguirá siendo el de siempre: que Maduro siga en el poder. A decir verdad, estas 8 opciones son la gran apuesta de Maduro. Por tanto, la respuesta inteligente de la oposición consiste en alejarse de ellas y pensar en otra opción.

15. La opción más racional y viable -en caso de fracasar la habilitación de MCM- consiste en actuar con desprendimiento y facilitar otra candidatura, que sea unitaria, que cuente con el aval y apoyo total de MCM (por supuesto), que sí esté habilitada como candidato(a), que pueda garantizar un gobierno de transición que reconcilie al país y encienda los motores de una nueva economía. Sería el inicio ¡por fin! de un cambio. Este es el único camino expedito que existe para que MCM pueda llegar posteriormente a la Presidencia de la República, que se liberen a los presos por razones políticas o conspirativas, y que muchos líderes opositores exiliados regresen al país. O sea, un paso primero y el otro después.

16. Debemos estar convencidos que el “todo o nada” no existe en la Venezuela que hoy tenemos. Hay que aprovechar inteligentemente las rendijas que ofrece el gobierno para propiciar el inicio de un cambio político en el país a partir de ya. Es hora de la grandeza, de la humildad, del trabajo en equipo, de un altísimo nivel de desprendimiento personal y de responsabilidad nacional.

17. Hay que huirle a la arrogancia, a los egos estimulados por ocasionales victorias, y a la tentación de sustituir al caudillo Hugo por otro caudillo definido como opositor. La nueva Venezuela necesita enterrar al estigma del caudillismo para siempre. De lo contrario jamás avanzaremos.

18. Chávez decía ante multitudes: “O estás con Chávez o estás contra Chávez”. No había términos medios. Cualquiera disidencia importante era calificada como una traición de los revolucionarios impuros, o de los “colaboracionistas” del enemigo. Todo giraba en torno a él. La causa ya no era un proyecto político socialista. La causa era “Chávez, el comandante supremo”. Después de él, sólo correspondía el diluvio. Ya sabemos el final y la tragedia que trajo ese formato.

19. Que Dios bendiga e ilumine a María Corina Machado para que administre con sabiduría el poder que hoy le han dado millones de venezolanos. Perder la oportunidad de un cambio en 2024, será lo más parecido a una tragedia nacional.

20. Y que Dios bendiga e ilumine también al chavismo, pues ellos también necesitan impulsar un cambio para lograr una sobrevivencia política trascendente. Tienen que rehacer con urgencia su juego político. Pero esos cambios serán imposibles de alcanzar estando en el poder. El poder del estado mediatiza cualquier proceso de cambios. Es urgente que pasen a la oposición. Claro, eso sólo será posible en una Venezuela que supere la actual confrontación suicida, y dirigida por líderes y fuerzas políticas comprometidos con la tolerancia y el perdón por principios y no por coyunturas políticas.

21. El desafío del cambio es de todos los venezolanos, sin excepción. Mucho nos hemos equivocado. En mala hora los venezolanos nos fallamos en exceso. Ahora hay que rehacer el juego-país. A las pasiones hay que controlarlas. Ya hemos comprobado que los tiempos de odios y venganzas son tiempos perdidos, y que los elefantes se comen en rodajas ¿Por qué ha sido tan difícil entenderlo, Dios?

Jesús Seguías

QOSHE - "Hasta el final" es pronto - Jesús Seguías
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"Hasta el final" es pronto

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05.02.2024

1. Lo primero que está absolutamente claro es que la inhabilitación de María Corina Machado obedece a razones estrictamente políticas. Apelar a argumentos legales para lograr que la habiliten es pérdida de tiempo. Es irse por las ramas.

2. Lo segundo que está muy claro es que MCM está obligada políticamente a exigir que sean respetados sus derechos constitucionales, especialmente porque es la candidata escogida por la mayoría opositora. Por tanto, es inoportuno hablar de un “outsider” en este momento mientras no se cumpla un plazo mínimo para ejercer el derecho al reclamo.

3. MCM tiene que insistir en lograr su habilitación, para lo cual debe apelar a todos los mecanismos de negociación y presión que estén a su alcance para que el gobierno rectifique. Es su legítimo derecho.

4. Lo tercero que está absolutamente claro es que el gobierno está convencido (tanto como la Casa Blanca y la oposición venezolana) que habilitar a María Corina Machado equivale a una rendición anticipada. Nicolás Maduro (o cualquiera que le reemplace) sería el candidato de una opción que tiene 25 años en el poder. Demasiado tiempo. Y lo peor es que -por la razón que sea- ha sido un pésimo gobierno, dejando como legado un país destruido y con casi un tercio de la población huyendo masivamente a otros países.

5. Por tanto, no hay una sola razón política y electoral que permita anticipar una victoria oficialista en unas elecciones medianamente confiables y con participación masiva opositora con candidato único de consenso -tal como ocurrió en 2015-, independientemente de quien sea el candidato. Y lo más importante es que el gobierno lo sabe, tanto como la Casa Blanca y la oposición venezolana.

6. El cuarto elemento que está claro es que los principales voceros del gobierno (Maduro y Cabello) han dicho infinidad de veces que jamás entregarán el poder a la oposición, “ni por las buenas ni por las malas”, especialmente a algunos factores opositores, entre ellos María Corina Machado. Supongo que a nadie se le ocurrirá pensar -tras 25 años enfatizándolo y haciéndolo valer a sangre y fuego- que el chavismo gobernante........

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