Hoy, a pesar de los intentos del itinerante presidente y del incompetente Ministro del Interior por mostrar la contienda electoral como una fiesta y de hacer creer que todo está bajo control, Colombia se enfrentó a desafíos cruciales que amenazaron nuestra democracia en varias regiones del país.
La alarma fue encendida por la Registraduría, la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría y líderes de todas las regiones debido a la situación que se presentaba en los municipios en el contexto de las elecciones. Muchos manifestaron que desde el 2002 no se veía lo que está sucediendo.
Uno de los problemas más preocupantes fue que grupos al margen de la ley mantienen un control absoluto y cobraron peajes para permitir el acceso de la Registraduría a ciertos municipios. Por ejemplo, en los ríos que debían atravesarse para llegar a municipios cercanos a Tumaco, donde los Elenos mantienen un dominio total, decidieron quién podía pasar y quién no.
La pregunta que se plantea es: ¿puede existir una democracia real en estas regiones si estos grupos tienen el control territorial? La diversidad de opciones políticas y la libertad de elección se ven amenazadas, y aquellos que votan hoy por alternativas diferentes a las que estos grupos disponen enfrentan riesgos reales para su seguridad, como si su voto sentenciara su propia vida.
Además, la entrega del material electoral en varias veredas se convirtió en un desafío importante. La falta de respuesta del invisible Ministro de Defensa y la ausencia del acompañamiento del ejército, dejando en manos de privados la seguridad de las elecciones en las zonas más alejadas , plantean serios interrogantes.
¿Qué juez, qué jurado, qué operador estaría dispuesto a entrar en una zona peligrosa sin la protección del ejército? Esta situación la atribuyó el Ministerio, en parte, a la falta de mantenimiento de los helicópteros y a la carencia de recursos para la gasolina necesaria, lo que obstaculizó la entrega oportuna del material electoral.
En una semana crucial como esta, era esencial que el presidente garantizara que todo estuviera en orden para la jornada electoral. Sin embargo, estaba de paseo, gritándole al mundo su admiración por Mao, saboteando el metro de Bogotá y disfrutando de un viaje por Hawái, incluso visitando el memorial de Pearl Harbor, en lugar de estar aquí, protegiendo al pueblo y rindiendo homenaje a nuestras víctimas de la violencia.
El gobierno, adicionalmente, sorprendió al país al emitir un comunicado conjunto con el grupo terrorista EMC el viernes por la mañana. En dicho mensaje, se anunció que estos criminales estarían presentes en el acto de apertura de las elecciones. Esta noticia generó indignación en toda la nación, lo que parecía simbolizar que el Estado se sometía ante ellos.
El Comisionado de Paz se vio obligado a cancelar su asistencia al acto, aun cuando el Registrador Nacional y otras autoridades habían anunciado previamente que no participarían, considerando esta decisión como un insulto al pueblo colombiano.
El presidente salió a desautorizar la acción, pero su respuesta fue insuficiente, tardía y puso de manifiesto, una vez más, la falta de conexión de su equipo con la realidad de Colombia. Este episodio demuestra la falta de rigurosidad y la improvisación que caracterizan a la llamada ‘paz total’.
Lo cierto es que eligieron un gobierno aliado ideológicamente a grupos al margen de la ley. La estrategia de Petro y sus aliados consiste en desafiar al país, pasando por encima de él. La falta de una respuesta institucional y popular sólida les envía un mensaje de debilidad que les permite todos los días correr la cerca.
Defendamos al país este domingo votando en contra del mal gobierno. Enviemos un mensaje contundente a Petro que no permitiremos que nos conduzca hacia un estado fallido, sometidos al terrorismo y las drogas.
En Bogotá, votaré por Galán; no nos arriesguemos a que se ejecute la estrategia Guanumen de mover la línea ética en la segunda vuelta.
*Exdirectora del ICBF
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Defendamos la democracia
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30.10.2023
Hoy, a pesar de los intentos del itinerante presidente y del incompetente Ministro del Interior por mostrar la contienda electoral como una fiesta y de hacer creer que todo está bajo control, Colombia se enfrentó a desafíos cruciales que amenazaron nuestra democracia en varias regiones del país.
La alarma fue encendida por la Registraduría, la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría y líderes de todas las regiones debido a la situación que se presentaba en los municipios en el contexto de las elecciones. Muchos manifestaron que desde el 2002 no se veía lo que está sucediendo.
Uno de los problemas más preocupantes fue que grupos al margen de la ley mantienen un control absoluto y cobraron peajes para permitir el acceso de la Registraduría a ciertos municipios. Por ejemplo, en los ríos que debían atravesarse para llegar a municipios cercanos a Tumaco, donde los Elenos mantienen un dominio total, decidieron quién podía pasar y quién no.
La pregunta que se plantea es: ¿puede existir una democracia real en estas........
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