Dice un amigo mío que el tardeo es la decadencia de Occidente. Mi amigo es muy ‘houellebecquiano’, aunque nunca haya leído a Houellebecq, y exagera un poco, pero solo un poco. Salir de copas a la hora del té atenta contra el orden natural de las cosas.

Las colas que se forman los sábados a media tarde en las puertas de algunos bares son las nuevas colas del hambre. Los bares de tardeo huelen a adolescencia mal curada, a peterpanismo, a cremas antiedad y a desesperación. Ligar en esos garitos atestados de cuarentones y cincuentonas muertos de hambre tiene muy escaso mérito: es más fácil que pescar en una piscifactoría. Los amores que surgen del tardeo ni siquiera son tóxicos. El tardeo es el Burger King del comercio carnal: ‘fast love’ para estómagos insensibles. He visto a las mejores mentes de mi generación destruidas por el tardeo, divorciadas vomitando como colegialas en fiesta de pijamas al tercer mojito, casados tarambanas presumiendo de abdominales con un gin-tonic rosa en una mano y un Iphone 15 en la otra, ‘indies’ ajados que entran en convulsión cuando de repente suena un tema de los Oasis, solteros empedernidos que aseguran haber hallado la paz y la felicidad gracias al ‘mindfulness’, solteras irredimibles contando los días que les faltan para embarcarse en un crucero para ‘singles’ por los fiordos noruegos…

Emborracharse de noche tiene su gracia y su lírica, pero emborracharse por la tarde es una cosa triste. Las damas y los caballeros se emborrachan siempre después de cenar, cuando desenfundan sus guitarras los mariachis y a la luna se le rompen las medias. Antes de cenar solo se emborrachan los adolescentes.

QOSHE - Tardeo - Julio José Ordovás
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Tardeo

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19.01.2024

Dice un amigo mío que el tardeo es la decadencia de Occidente. Mi amigo es muy ‘houellebecquiano’, aunque nunca haya leído a Houellebecq, y exagera un poco, pero solo un poco. Salir de copas a la hora del té atenta contra el orden natural de las cosas.

Las colas que se forman los sábados a media tarde en las puertas de algunos bares son las nuevas colas del hambre. Los bares de tardeo huelen a adolescencia........

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