El silencio azoriniano de la plaza a primera hora de la tarde. El banco en el que mi padre se sentaba a descansar cuando salía de paseo con la bombona de oxígeno.

El bar en el que un niño con una pelota pide un vaso de agua y el camarero, además del agua, le da una bolsa de patatas fritas y le dice: "Acuérdate de mí cuando seas un futbolista famoso". El fontanero idéntico a Mario Bros. El perrito de la señora Mercedes que todas las noches tira de ella, despegándola del televisor, y la conduce a la cama, donde duermen pegaditos el uno al otro, enamorados cadáveres roncando al unísono. La camarera que me dice "Toma, cariño" cuando me devuelve el cambio en una cafetería en la que he entrado por primera vez y en la que tal vez nunca vuelva a entrar. La cajera a la que le diagnosticaron cáncer de colon hace ya una semana y aún no se lo ha dicho a nadie, ni siquiera a su marido. Ropa tendida. Mierda de perro. Excrementos de palomas. Ni un palmo de hormigón sin grafitear. Las casitas ruinosas que trasmiten una tristeza semejante a la que emana de esos libros que nadie ha abierto en décadas. El parque en el que un padre divorciado y su hijo de quince años, tras discutir a gritos, se van en direcciones opuestas sin volver la vista atrás. Todos esos pequeños, bonitos y románticos negocios abocados al cierre. La pequeña parroquia en la que la edad media de los feligreses supera los setenta años. El hijo de los del 4ºB que, con una receta falsa, pretende comprar en la farmacia jarabe para la tos para colocarse con los amigos el fin de semana. El sobrino de la carnicera que esnifa pegamento en el almacén. La adolescente que tiembla cuando oye llegar a casa a su padrastro, borracho como cada noche.

Julio José Ordovás es escritor

QOSHE - Cielos suburbanos - Julio José Ordovás
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Cielos suburbanos

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09.02.2024

El silencio azoriniano de la plaza a primera hora de la tarde. El banco en el que mi padre se sentaba a descansar cuando salía de paseo con la bombona de oxígeno.

El bar en el que un niño con una pelota pide un vaso de agua y el camarero, además del agua, le da una bolsa de patatas fritas y le dice: "Acuérdate de mí cuando seas un futbolista famoso". El fontanero idéntico a Mario Bros. El perrito de la señora Mercedes que todas........

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