El futuro de la basura
De mis años neoyorquinos recuerdo con especial repugnancia, y no por ello con menos ternura, los roedores apresurándose a rasgar el plástico de las bolsas de basura al atardecer.
Acumuladas cual montañas en las aceras de toda la ciudad, su hedor y la facilidad de acceso atraía a las ratas de los barrios más selectos. Porque, como ocurre con flatulencias y excrementos, no hay ser humano que escape a la........© Heraldo de Aragón
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