Hay por lo visto a quien ha sorprendido que llenar la nevera y pagar el alquiler sean alternativas excluyentes para familias en Salamanca, como valientemente ha denunciado la directora de Cáritas. Vivimos absortos en nuestras burbujas creativas y se nos escapan obviedades como esa, por otra parte no menos dolorosa por conocida. Pues van a flipar cuando se enteren de que muchas familias de Salamanca tiritan. En la doméstica ecuación irresoluble entran a menudo más indignos factores: pagar la hipoteca no es a veces compatible con llenar la nevera ni con encender la calefacción. Porque no estamos hablando sólo de personas sin ingresos: muchos salmantinos con empleo y sueldo calculan a fin de mes combinaciones y permutaciones en busca de la cuadratura del círculo. El caso, ¡oh, sorpresa!, no es exclusivo de Salamanca. Ni siquiera de Castilla y León, como muchos querrían sugerir por motivos partidistas. En toda España, lamentablemente, nueve millones de trabajadores perdieron capacidad adquisitiva en 2023. De ahí mi estupor, ¡esa sí que ha sido una sorpresa!, al encontrarme en el Concierto de Año Nuevo de Viena a Nadia Calviño, la ministra de Economía en 2023 y anteriores. ¡Celebrando!

Cualquier apoyo de políticos y responsables de instituciones a un acto cultural, así sea con su sola presencia, me parece justo y necesario. ¡Ya quisiera yo que los ministros se dejaran ver alguna vez en teatros, exposiciones, conciertos, conferencias o en la presentación de cualquier libro que no hayan escrito sus negros! Lo que ocurre es que el Concierto de Año Nuevo de Viena no es exactamente una manifestación cultural, sino más bien un acto de elevada complacencia burguesa, la escenificación de todo aquello establecido y que perdura muy a pesar de los gobiernos progresistas, además de una exitosa campaña de imagen de Austria, ese país que ha logrado convencer al común de que Mozart fue austriaco y Hitler alemán. Ni siquiera Thielemann, vivaz en partituras de mayor envergadura sinfónica, se explayaba en el vals. Y allí estaba Calviño, aplaudiendo la Marcha Radetzky. Tiene, desde luego, motivos para estar contenta. Su mudanza al Banco Europeo de Inversiones cuadriplicará sus ingresos por encima de los 320.000 euros y le proporcionará, tanto a ella como a su marido, un envidiable trato fiscal. Seguramente eso explique sus palmadas en el Musikverein, donde el precio de una sola entrada equivale a un alquiler salmantino anual. Creo, en todo caso, que se equivocó de escenario. El suyo hubiera sido el baile de debutantes, en febrero. Pero ella es lista y ganará precisión con rapidez en los matices de la agenda social europea, mientras nosotros lidiamos con las nuevas subidas de la luz, el gas, los peajes y vaya usted a saber. Menos mal que nos queda Cáritas. ¡Feliz 2024!

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QOSHE - Concierto de Año Nuevo - Rosalía Sánchez
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Concierto de Año Nuevo

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03.01.2024

Hay por lo visto a quien ha sorprendido que llenar la nevera y pagar el alquiler sean alternativas excluyentes para familias en Salamanca, como valientemente ha denunciado la directora de Cáritas. Vivimos absortos en nuestras burbujas creativas y se nos escapan obviedades como esa, por otra parte no menos dolorosa por conocida. Pues van a flipar cuando se enteren de que muchas familias de Salamanca tiritan. En la doméstica ecuación irresoluble entran a menudo más indignos factores: pagar la hipoteca no es a veces compatible con llenar la nevera ni con encender la calefacción. Porque no estamos hablando sólo de personas sin ingresos: muchos salmantinos con empleo y sueldo calculan a fin de mes combinaciones y........

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