Cómo aumentar la productividad del sector informal
Cuando Franklin Delano Roosevelt asumió la presidencia de Estados Unidos en marzo de 1933, el país estaba hundido en una crisis que parecía no tener fondo. La Gran Depresión había pulverizado millones de empleos, paralizado industrias enteras y dejado a una generación de jóvenes sin futuro. En las ciudades, los comedores populares rebalsaban; en el campo, la erosión y la sequía convertían tierras fértiles en desiertos. En ese escenario desolador, Roosevelt decidió actuar con una audacia que hoy parece casi inimaginable. Entre las primeras medidas de su ambicioso New Deal, lanzó un programa que combinaba empleo masivo, restauración ambiental y disciplina cívica: el “Civilian Conservation Corps”, conocido como el CCC.
El CCC fue un experimento social sin precedentes. En apenas nueve años, entre 1933 y 1942, movilizó a tres millones de jóvenes, construyó infraestructura que aún hoy se utiliza, reforestó regiones enteras y dejó una huella profunda en la identidad estadounidense. Su historia es la de un país que, en medio de la crisis, apostó por la juventud, el trabajo y la naturaleza como motores de recuperación. Y es también una historia que, vista desde el Perú de hoy, con un potencial forestal enorme, ofrece lecciones a ser imitadas.
Un país en ruinas y un presidente decidido a actuar
La semilla del CCC nació de dos crisis simultáneas: el desempleo masivo y el deterioro ambiental. Roosevelt, que había sido gobernador de Nueva York, conocía de primera mano la devastación causada por la deforestación, la erosión de suelos y las inundaciones. También había visto a miles de jóvenes sin trabajo, sin educación y sin perspectivas. Para él, la solución debía ser doble: ofrecer empleo inmediato y, al mismo tiempo, restaurar los recursos naturales del país.
La idea de un “ejército de la conservación” tomó forma rápidamente. Roosevelt imaginó a jóvenes trabajando en bosques, parques y tierras agrícolas, recibiendo un salario modesto pero seguro, aprendiendo oficios y recuperando la dignidad del trabajo. El Congreso aprobó el programa con una rapidez sorprendente. Apenas semanas después de la toma de mando, los primeros campamentos ya estaban en funcionamiento.
Un programa de alcance nacional
El CCC se desplegó en todo el territorio estadounidense. Llos campamentos surgieron como pequeñas aldeas temporales dedicadas al trabajo y la conservación. En su apogeo, el programa llegó a tener más de 2,600 campamentos distribuidos en todos los estados, además de Puerto Rico, Alaska y Hawái, que entonces eran territorios.
Cada año, entre 250,000 y 300,000 jóvenes formaban parte del programa. En total, tres millones de hombres pasaron por sus filas. Era, en la práctica, un ejército civil, aunque sin armas y con una misión muy distinta: reconstruir el país desde sus raíces naturales.
Cómo funcionaba el CCC
El programa CCC fue financiado íntegramente por el gobierno federal de Estados Unidos. Su presupuesto anual ascendía a 350 millones de dólares de esa época (aproximadamente 6,500 millones de dólares actuales), lo que equivalía al 0.8% del PIB estadounidense en ese momento. A pesar de representar una pequeña fracción de la economía nacional, el impacto del CCC fue extraordinario.
El presupuesto cubría los salarios de los enrolados, la construcción y mantenimiento de los campamentos, la alimentación, los uniformes, el transporte y la supervisión técnica. Roosevelt defendía el programa como una inversión en el futuro del país, y el tiempo le dio la razón: muchas de las obras realizadas por el CCC siguen generando beneficios económicos y ambientales y sobre todo unificó a la sociedad y aumentó la productividad de los más pobres en una época de crisis nacional.
La organización combinaba elementos civiles y militares. El Departamento de Defensa se encargaba de la logística, la disciplina básica y la........





















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