El debate sobre la aplicación del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) a las apuestas en línea, que el Congreso busca aprobar por insistencia tras las observaciones del Poder Ejecutivo, nos invita a reflexionar sobre dos principios fundamentales de la política fiscal: el propósito de los impuestos correctivos y la naturaleza excepcional de los beneficios tributarios.

El ISC, por diseño, busca disuadir el consumo de bienes o servicios que generan externalidades negativas para la sociedad. Ya sean al tabaco, el alcohol o las apuestas, estos gravámenes reconocen que ciertos comportamientos imponen costos sociales. El Estado, entonces, no solo recauda; también envía una señal clara sobre conductas que conviene moderar.

Sin embargo, el debate legislativo actual revela una paradoja más profunda: mientras discutimos cómo gravar conductas nocivas, olvidamos evaluar rigurosamente las exoneraciones y beneficios tributarios que otorgamos. Cada sol que dejamos de recaudar por un régimen especial es un sol que todos los peruanos, colectivamente, asumimos como costo. Por ello, estas medidas no pueden ser........

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