05/02/2024 | 18:09
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Hillary Clinton la fastidió del todo cuando se refirió a los votantes de Trump durante la campaña electoral de 2015 como "a basket of deplorables". Insultar a la mitad del país cuando vas a representarles a todos si eres presidenta no cae bien, ni siquiera con la mitad que te vota. Además de falta de tacto, demuestra torpeza y una falta abrumadora de elegancia, lo que se suele llamar "saber estar". Know how to be en inglés suena fatal, pero seguro que Hillary lo entendería, ahora que ya no será nunca presidenta de los Estados Unidos.
A Pedro Sánchez le pasa algo parecido. Últimamente le ha dado por llamar "fachosfera" al conjunto de medios que le critican, constructo tosco que tiene varias consecuencias. La más importante es que ataca directamente a la libertad de expresión. El español medio puede utilizar la palabra cuando y donde quiera, que para eso está la libertad de expresión, aunque signifique que su comprensión de la vida pública es limitada. Si la usa el presidente del gobierno, la cosa cambia. Cuando el que manda en los asuntos públicos insulta a los medios porque no dicen lo que él entiende que es la verdad, el camino hacia la dictadura de opinión está medio hecho. Trump atacando las "fake news" no está lejos de Sánchez atacando a la fachosfera. Los dos suenan a que no tienen argumentos para rebatir al contrario y recurren al ad hominem. El insulto personal en un debate siempre dice que uno ha perdido el debate, o que no tiene el cuajo para mantener el control, que es lo mismo.
Una consecuencia adicional de la fachosfera como manera de entender el mundo es que revela que Sánchez considera la libertad de expresión como un paso intermedio y molesto en el camino hacia la perfección, cuando su colectivismo se imponga en España. La libertad de expresión es una china en el zapato de Sánchez, como lo son el imperio de la ley, la libertad de comercio y la propiedad privada, que van contra su entendimiento superior de los derechos, la justicia social, la redistribución, el progresismo y la concordia.
La siguiente consecuencia de maniquearse el mundo de la opinión entre lo decente y la fachosfera es que Sánchez está insultando a los que no están de acuerdo con él. Además de una torpeza retórica considerable, es una manera imprudente de polarizar a la sociedad. El presidente del gobierno puede poner a caer de un burro a sus oponentes políticos, pero no a los que votan a sus oponentes. Insultar a los votantes vuelve la política en algo personal, que no es la mejor estrategia electoral. "Facha" es un insulto que retrotrae a la guerra civil y a la época de los Guerrilleros de Cristo Rey después de Franco, la parte difícil de la Transición. Otros dirigentes también han insultado a sus ciudadanos. Lenin y Stalin lo hicieron con los kulaks. Castro y Chávez con los "oligarcas". Pol Pot hablaba del "enemigo oculto". A Franco no le gustaban los "judeomasones" y a Ali Jamenei no le gustan los "reaccionarios". Todos líderes ejemplarizantes, como Pedro Sánchez.
Además, emplear la expresión en público denota que el presidente del gobierno carece de la elegancia inherente al puesto. Suárez, Leopoldo Calvo-Sotelo, Felipe González, Aznar y Rajoy podrían gustar más o menos, pero todos sabían tener esa presencia que no consiste solo en andar como en una pasarela de la Madrid Fashion Week, en mover la cabeza como George Clooney y en poner caritas de concentración como si fuera un Nobel de física. Sánchez ha demostrado muchas veces que la elegancia no es lo suyo, desde los feos al protocolo con el Rey, pasando por carcajearse de Feijóo en el Congreso, aquel "¿Qué coño tiene que pasar en este país para Rajoy salga de la Moncloa y pise el barro?", sus preguntas preparadas durante el confinamiento, repetir "Yo soy el presidente del gobierno" en entrevistas en televisión, o aparecer con su cartera de presidente en primer plano como si estuviera trabajando muy duro en su mesa. La falta de elegancia es un problema si uno es el director general de la compañía, pero es un desastre si se es el presidente del gobierno, porque representa a todo el país. España es un país elegante que siempre ha sabido estar en el mundo. Incluida su fachosfera.
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La fachosfera de Pedro Sánchez
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05/02/2024 | 18:09
Hillary Clinton la fastidió del todo cuando se refirió a los votantes de Trump durante la campaña electoral de 2015 como "a basket of deplorables". Insultar a la mitad del país cuando vas a representarles a todos si eres presidenta no cae bien, ni siquiera con la mitad que te vota. Además de falta de tacto, demuestra torpeza y una falta abrumadora de elegancia, lo que se suele llamar "saber estar". Know how to be en inglés suena fatal, pero seguro que Hillary lo entendería, ahora que ya no será nunca presidenta de los Estados Unidos.
A Pedro Sánchez le pasa algo parecido. Últimamente le ha dado por llamar "fachosfera" al conjunto de medios que le critican, constructo tosco que tiene varias consecuencias. La más importante es que ataca directamente a la libertad de expresión. El español medio puede utilizar la palabra cuando y donde quiera, que para eso está la libertad de expresión, aunque signifique que su comprensión de la vida pública es limitada. Si la usa el presidente del gobierno, la cosa cambia. Cuando el que manda en los........
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