20/02/2024 | 11:25

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Después del zambombazo central, en los terremotos llegan los temblores de menor intensidad. Perder unas elecciones como las ha perdido el PSOE en Galicia es un terremoto. Para evitar los temblores posteriores, hay que ponerse delante de una audiencia y hacer una reflexión en público. Idealmente, en una sala con una audiencia en directo. Escribir unas líneas en X sobre el asunto es igual que dejar a una novia por carta. Significa que no sabes muy bien qué decir, que no quieres que te eche en cara lo que te mereces y que no tienes los arrestos para hacerlo mirándole a los ojos. Ni a Pedro Sánchez ni a Yolanda Díaz les ha parecido oportuno mostrar su autoridad tras un atril y han preferido la salida fácil.

Cuando algo ha salido mal, el jefe es quien tiene que dar la cara. Las partes de ese discurso motivacional son siempre las mismas, en la oficina o en la Moncloa.

Lo primero es felicitar al ganador. Es una muestra de humildad que, aunque pueda parecer una contradicción, sirve para ganar puntos de autoridad. Además, poner por delante las felicitaciones al contrario permite quitarse de en medio este formalismo para centrar la atención en el equipo, que es el objeto del discurso.

El siguiente paso es decirles qué es lo que ha pasado, idealmente con datos. Es mejor dar el porcentaje o el número de votos perdidos que decir que "los resultados son malos", como escribe Yolanda Díaz. Con datos se asume el resultado, con abstracciones se evade.

A continuación, viene el paso más difícil para un político: explicar las causas. En la empresa suele ser más sencillo. No haber dedicado suficientes recursos, tener los recursos equivocados o haber fallado en el cálculo del precio son hechos calibrables y fáciles de corregir, si hay presupuesto. En política, el malo siempre es el de enfrente. El bloque involucionista, que no les ha permitido construir su propuesta al adelantar las elecciones.

Después de haber explicado porqué ocurrió la debacle, el jefe tiene que decirles qué va a hacer para arreglar la situación. Al menos las líneas maestras de la solución. El equipo es la parte más importante, pero es el capitán quien lleva el barco. ¿Cuál es el nuevo rumbo para evitar la tormenta? Decir que "Desde mañana empezamos a trabajar para construir la alternativa de progreso" o "Seguiremos traballando por un futuro mellor para Galicia" no son rumbos definidos y solo dicen que no sabes por dónde tirar.

Una vez aclarada la solución, el siguiente paso es dar esperanza. En una empresa puede ser un proyecto a punto de empezar o de terminar, una ampliación del negocio o una concesión administrativa. En política, pueden ser las siguientes elecciones, una reorganización que ya está en marcha o los buenos resultados esperados de las políticas que se están aplicando en otras regiones.

Y el último paso del discurso motivacional cuando algo ha salido mal es reforzar el espíritu de equipo. Trabajamos más duro con otros cuando nos sentimos parte de una comunidad con ellos. Aquí es cuando se agradece el apoyo de los votantes y de los militantes, y se ensalza al candidato.

Hablar en público tiene muchas ventajas frente a escribir cinco líneas en X. La más importante es que parece que eres el jefe.

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QOSHE - Cómo no explicar que has perdido las elecciones - Javier Bernad
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Cómo no explicar que has perdido las elecciones

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20.02.2024

20/02/2024 | 11:25

Después del zambombazo central, en los terremotos llegan los temblores de menor intensidad. Perder unas elecciones como las ha perdido el PSOE en Galicia es un terremoto. Para evitar los temblores posteriores, hay que ponerse delante de una audiencia y hacer una reflexión en público. Idealmente, en una sala con una audiencia en directo. Escribir unas líneas en X sobre el asunto es igual que dejar a una novia por carta. Significa que no sabes muy bien qué decir, que no quieres que te eche en cara lo que te mereces y que no tienes los arrestos para hacerlo mirándole a los ojos. Ni a Pedro Sánchez ni a Yolanda Díaz les ha parecido oportuno mostrar su autoridad tras un atril y han preferido la salida fácil.

Cuando algo ha salido mal, el jefe es quien tiene que dar la cara. Las partes de ese........

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