Los excéntricos triunfan en la economía de la atención, pero si de Javier Milei nos fijamos en la motosierra o en sus perros clónicos, obviaremos lo más importante que puede suscitar: una discusión rigurosa sobre los límites del mercado. A su juicio no debería existir ninguno. Es un planteamiento radical en apariencia, pero visto de cerca resulta revelador sobre la configuración ya existente en nuestras sociedades.

Según Milei, el mercado de órganos, por ejemplo, debería ser libre: uno debería poder vender un riñón si encuentra comprador. Mucha gente, yo incluida, se escandaliza con esto, pero ¿por qué vender un riñón está mal y alquilar un vientre está bien, como defienden muchos sedicentes liberales? También afirma que cada uno debe pagarse la Sanidad y la Educación propias (a lo sumo con un bono público a modo de ayuda). Esto sin duda, nos parece aberrante a los europeos acostumbrados al Estado de Bienestar, pero a los que vivimos en Madrid, donde el 38% de la población tiene seguro privado, no nos resulta tan disruptivo. El deterioro deliberado de la Sanidad pública empuja a la clase media a pagarse la sanidad privada, para tener acceso a listas de espera de tres meses en vez de doce. Los ricos ya han huido de ahí. En Estados Unidos, por entre 1.500 y 25.000 dólares al año, uno puede disponer del móvil personal de su médico y cita en el día.

QOSHE - Qué bueno que viniste, Milei - Irene Lozano
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Qué bueno que viniste, Milei

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24.11.2023

Los excéntricos triunfan en la economía de la atención, pero si de Javier Milei nos fijamos en la motosierra o en sus perros clónicos, obviaremos lo más importante que puede suscitar: una discusión rigurosa sobre los límites del mercado. A su juicio no debería existir ninguno. Es un planteamiento radical en apariencia, pero visto de cerca........

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