Este fin de semana visité, en Elche, un museo pequeño y sencillo, muy bonito, el Museo del Palmeral. Había pasado cientos de veces por delante, pero nunca había sido el momento adecuado, hasta que por fin me encontré por la zona con algo de tiempo y decidí entrar. En apenas cuatro o cinco salas se presenta al visitante la historia del palmeral y de los hombres y mujeres que, a lo largo de muchos siglos, vivieron de los tres cultivos principales de la zona: las palmeras, los granados y la alfalfa. Pero el énfasis, como ya indica su nombre, está puesto en las palmeras y sus dos productos básicos: los dátiles y las palmas blancas para el domingo de Ramos, lisas o trenzadas.

Pero no les voy a hablar de ese museo, que me gustó mucho y me permitió pasearme por un precioso huerto acompañada por el rumor de dos acequias, una a cada lado del sendero, sino de algo que me llamó la atención. En todas las fotos se presenta una sociedad agraria, pobre, muy pobre, casi miserable. Hombres que vestían blusa gris y alpargatas de esparto, mujeres con delantal y toquilla. Casas junto a los campos y palmerales con un hogar donde hacer fuego y guisar en un caldero o una paella de la que luego, cada uno con su cuchara de madera, comía toda la familia.

QOSHE - Descontento - Elia Barceló
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Descontento

25 6
18.04.2024

Este fin de semana visité, en Elche, un museo pequeño y sencillo, muy bonito, el Museo del Palmeral. Había pasado cientos de veces por delante, pero nunca había sido el momento adecuado, hasta que por fin me encontré por la zona con algo de tiempo y decidí entrar. En apenas cuatro o cinco salas se presenta al........

© eldiario


Get it on Google Play