menu_open Columnists
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close

Aforismos: tecnología y política

8 0
previous day

La divinidad contemporánea ya no necesita templos de piedra ni catedrales góticas: habita en granjas de servidores refrigeradas, se manifiesta en feeds infinitos y exige adoración permanente a través de la atención fragmentada.

En el altar de la política moderna, el Poder ocupa exactamente el lugar que antes tenía Dios: es intocable, omnisciente en teoría, caprichoso en la práctica y demanda sacrificios constantes de dignidad, verdad y memoria colectiva.

La tecnología digital ha encontrado su propio panteón: el dios no es uno, sino múltiple y cambiante —el Algoritmo, la Nube, la Plataforma—, pero todos exigen el mismo culto: la entrega ininterrumpida de tiempo, datos y deseo.

Los antiguos rituales de oración y sacrificio han mutado sin perder estructura: hoy el fiel realiza el refresh como quien reza, desliza el dedo en scroll infinito como quien recorre cuentas de rosario y ofrece likes y shares como ofrendas de sangre digital.

El fanatismo no desapareció con la secularización: simplemente cambió de objeto. Antes se extasiaba ante reliquias y milagros; hoy se enciende ante un reel viral, un tuit que confirma la identidad tribal o un filtro que promete belleza eterna.

Nos prometieron la democracia digital como la gran emancipación del siglo XXI. Lo que llegó fue una democracia de simulación: participación que parece deliberación, pero es mera reacción pavloviana medida en milisegundos.

Cada nueva aplicación que instalamos con entusiasmo infantil no es un acto de libertad: es un acto de fe en la promesa de que esta vez sí será diferente, esta vez sí nos empoderará de verdad.

La gran estafa contemporánea se condensa en una sola frase: «la tecnología digital nos libera». Lo que omite es el pequeño detalle de........

© El Universal