Dos escándalos de marca mayor: la supuesta corrupción con la plata de los carrotanques de agua para La Guajira y los aparentes sobornos en efectivo a las cabezas de Cámara y Senado. Concierto para delinquir con la sed de millones de almas, ambientado con orquesta de ‘mermelada’, coro de coimas para comprar apoyos a las reformas y acordes melódicos para pasar el Presupuesto General de la Nación.

Recital principalmente con los fondos de la Unidad para la Gestión del Riesgo de Desastres, que maneja una abultada billetera anual de dos billones de pesos. Monedero sin mayor supervisión y sin los ojos avizores de los procesos licitatorios normales; facultado para contratar de manera exprés, sin estudios, sin elaborar estudios de mercado, sin exigencias de experiencia en el sector.

Monedero con amplio espacio interno –sin necesidad de cierres ni velcros– que empezó a oler mal desde que los carrotanques se quedaron guardados en un parqueadero, sin poder ser utilizados, sin llevarles agua potable a poblaciones indígenas en condiciones de vulnerabilidad en La Guajira.

Hedor que empeoró cuando se conoció de un multimillonario negocio con una firma que vende material de ferretería y carne de animales muertos para consumo humano: Impoamericana Roger SAS, camaleón empresarial que le vendió 40 carrotanques a la Unidad para la Gestión del Riesgo por 46.800 millones de pesos.

Disfraz para un aparente entramado de corrupción y sobornos al Congreso por hasta 7.700 millones –según el diario El Colombiano–, que equivalen al 15 por ciento del contrato y que habrían sido entregados en maletas negras en efectivo directamente por los contratistas para ser repartidos entre el presidente del Senado, Iván Name, y el presidente de la Cámara, Andrés Calle, a cambio de aprobar varias reformas del Gobierno.

¿Se perdió también esa plata? La reforma de la salud se hundió en el Senado y el proyecto pensional empieza hoy discusión en la Comisión Séptima de la Cámara con un ambiente enrarecido por los escándalos y por la inapropiada petición presidencial de subir el umbral de cotización obligatorio a Colpensiones a cuatro salarios, desconociendo lo acordado en el trámite en el Senado y en la ‘mermelada’ liberal que también se untó por ese lado.

Nada cambia en Colombia, ni nada es distinto en el gobierno del cambio. La misma robadera, la misma ladronera, las mismas prácticas políticas corruptas disfrazadas y agazapadas. Barril de los puercos como lo llaman en el mundo anglosajón, pero que acá decidimos embellecer y glamorizar con el cuentico de que es mermelada sobre la gran tostada nacional.

​(Lea todas las columnas de Paola Ochoa en EL TIEMPO, aquí)

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06.05.2024

Dos escándalos de marca mayor: la supuesta corrupción con la plata de los carrotanques de agua para La Guajira y los aparentes sobornos en efectivo a las cabezas de Cámara y Senado. Concierto para delinquir con la sed de millones de almas, ambientado con orquesta de ‘mermelada’, coro de coimas para comprar apoyos a las reformas y acordes melódicos para pasar el Presupuesto General de la Nación.

Recital principalmente con los fondos de la Unidad para la Gestión del Riesgo de Desastres, que maneja una abultada billetera anual de dos billones de pesos. Monedero sin mayor supervisión y sin los ojos avizores de los procesos licitatorios normales; facultado para contratar de........

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