Las multitudinarias marchas que llegan a las plazas públicas del país mientras cierro esta columna deberían poner al Presidente a ver de forma asertiva sus planteamientos de gobierno y más allá, a pensar que, a menos que él y su nuevo equipo tengan bajo sus mangas un paquete de acciones concretas para reactivar la economía, detener el desempleo, restablecer la balanza comercial, restaurar el rendimiento y buen gobierno de Ecopetrol –entre tantas otras entidades públicas que están o lucen al garete–, disminuir cultivos y tráfico de coca, retomar las regiones controladas por señores de la guerra –como en el África que leímos con horror en los magistrales relatos de Kapuscinski–, y lo que arenga el pueblo hoy en plaza pública, en el 2026 el Pacto Histórico recibirá un castigo similar al que recibió en las recientes elecciones de alcaldes en las principales ciudades del país. Tristemente, el Presidente parece más concentrado en el partidor de las próximas elecciones que en domar el brioso potro en que se subió.

El palo no está para cucharas. Caída en picada del consumo nacional y las utilidades de Ecopetrol, pérdida de $ 7 billones para balanza de pagos, masacres disparadas, control territorial sobre 300.000 hectáreas de coca genéticamente mejorada. Y a la diplomática invitación alemana de la semana pasada, hacia integrar esfuerzos binacionales para combatir el narcotráfico, le siguió ayer un duro reclamo de la Casa Blanca. ¿Hacia dónde va eso?

Sería ingenuo pensar que solo en Palacio miran el partidor presidencial, pero mientras Palacio ya está allí, los demás aún no se definen. El sol a las espaldas de un mandatario proyecta sus sombras en proporción directa a su popularidad. Durante el breve mediodía del triunfo, el sol perpendicular no proyecta sombras sino un horizonte despejado, pero el incumplimiento de promesas, los desaciertos, la tozuda realidad que no sabe de galaxias sino de canasta familiar hacen crecer esas sombras y, evocando los símiles presidenciales, el universo odia el vacío y el sol naciente ilumina aspirantes a ocupar el Palacio. Derecha, centro, izquierda, hasta el mítico outsider, se preparan. ¿Quiénes arrancan y quiénes llegarán?

Del Gobierno, Roy Barreras, un curtido animal político, que tiene lo suyo, sería el más probable candidato. Forrado en buen teflón, va y viene de Londres enarbolando las banderas petristas. Y cómo olvidar a Claudia López. De la derecha, M.ª F.ª Cabal, con su estilo duro y directo, ya está allí. A Uribe, quien por dos décadas señaló sucesor al solio de Bolívar, no se le ve ahora esa capacidad. Germán Vargas podría ser, enfrentaría feroz oposición con los viejos argumentos que le lanzan. Del outsider, he oído varias veces el nombre de Vicky Dávila, periodista de quilates, curtida en duras batallas contra las mafias, el poder, en fin, ¿pero para gobernar este país? A Bruce MacMaster lo perfilan como potencial candidato por su conocimiento del país y del sector empresarial nacional.

Mauricio Cárdenas suena como opción. Ha sido un ponderado ministro de Hacienda, no tiene enemigos entre los godos o los liberales, como funcionario y como académico mantiene su conexión con los asuntos del país y quizás quiera aspirar. Sea quien sea el que llegue, no la tendrá nada fácil. Habrá mayor polarización, de seguir las fallidas políticas que hemos visto, el no a la reactivación, el vacío de la cantada reindustrialización, la economía irá peor y el dominio de las regiones por los malos, como dijo Juan Carlos Echeverry en su columna más reciente, será mayor. Quizás las relaciones con Europa y Norteamérica sean aún más tensas; la vida constitucional, más exacerbada, con tanta arenga para destruir los pilares de la democracia, y así, mucho se juega esta nación hacia el 2026. Todos, a los partidores, sin tardanza, que el presidente Petro ya vive allí.

QOSHE - Hacia el 2026 - Mauricio Lloreda
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Hacia el 2026

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07.03.2024
Las multitudinarias marchas que llegan a las plazas públicas del país mientras cierro esta columna deberían poner al Presidente a ver de forma asertiva sus planteamientos de gobierno y más allá, a pensar que, a menos que él y su nuevo equipo tengan bajo sus mangas un paquete de acciones concretas para reactivar la economía, detener el desempleo, restablecer la balanza comercial, restaurar el rendimiento y buen gobierno de Ecopetrol –entre tantas otras entidades públicas que están o lucen al garete–, disminuir cultivos y tráfico de coca, retomar las regiones controladas por señores de la guerra –como en el África que leímos con horror en los magistrales relatos de Kapuscinski–, y lo que arenga el pueblo hoy en plaza pública, en el 2026 el Pacto Histórico recibirá un castigo similar al que recibió en las recientes elecciones de alcaldes en las principales ciudades del país. Tristemente, el Presidente parece más concentrado en el partidor de las próximas........

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