El año comienza con incertidumbre y pesimismo sobre el futuro en el mundo entero, pero es crucial hacer un llamado a la esperanza. Debemos mirar al mañana con determinación y realismo para construir escenarios de progreso con transparencia, generosidad y compromiso. Invocando a Álvaro Gómez y su llamado a un “acuerdo sobre lo fundamental”, sabemos que Colombia necesita de todos los sectores para fortalecer nuestras instituciones democráticas y fomentar una economía centrada en la educación, el empleo y oportunidades sostenibles e incluyentes.
Este compromiso parte del respeto inequívoco al Estado de Derecho, la eficacia de la justicia y la determinación de garantizar la vida y la seguridad de todos los ciudadanos. Es imperativo reconocer la complejidad de los desafíos y trabajar juntos para lograr un desarrollo que abarque a todo el país.
Hoy la seguridad se presenta como una gran limitante a nuestro desarrollo y bienestar, por lo cual se requiere revisar su estado actual y abordar el aumento alarmante del último año en homicidios, extorsiones, secuestros y reclutamiento de menores, así como el continuado ataque a líderes sociales y defensores de derechos humanos, sin dejar de lado la gran preocupación por los atentados recientes a los concejales como en los casos de Tuluá y Girardot.
Aunque el panorama de seguridad es sombrío, los anuncios y acciones iniciales de los mandatarios de Cali, Medellín, Cartagena, Bogotá, Bucaramanga y Barranquilla y el anuncio de alianzas con sus gobernadores para lograr territorios seguros, dan señales esperanzadoras. Sin embargo, no es suficiente la determinación de ellos en mejorar la seguridad de sus territorios. Es crucial una coordinación efectiva y el compromiso explícito del Gobierno Nacional para implementar estrategias de seguridad integrales y eficientes, pues solo el ejecutivo está facultado para determinar el refuerzo de la fuerza pública en cada región.
Es vital cuestionar si contamos hoy con suficientes recursos, fuerzas y capacidades para abordar las amenazas de seguridad en todo el país, pues el número sin precedentes de oficiales llamados a calificar servicios durante este gobierno, limita la posibilidad de aumentar soldados y policías de acuerdo a la necesidad nacional y al desdoblamiento y multiplicación de las estructuras criminales durante los últimos años, pues sin suficiente mando experimentado no hay como tener más tropa.
La seguridad debe ser la prioridad, respaldada por estrategias integrales, recursos adecuados y una colaboración efectiva entre líderes locales y el Gobierno Nacional
La seguridad es la obligación primordial del Estado y el derecho inalienable de todos los ciudadanos y requiere más estrategias, personal, tecnología y recursos, así como el reconocimiento explícito a la relación causal entre el aumento del narcotráfico y su deterioro.
La actitud de tolerancia con los delincuentes y el narcotráfico contraria la necesidad de priorizar la protección ciudadana, para lo cual es necesario concretar planes y programas nacionales y regionales interinstitucionales, efectivos y con inversión significativa entre el Gobierno y los nuevos mandatarios locales.
Solo la mejor presencia del Estado con proyectos ambiciosos y confiables que alcancen a todos los rincones de Colombia y atraigan al sector privado, lograremos posibilidades de progreso económico y el cierre de brechas regionales y sociales.
En resumen, enfrentamos desafíos significativos, pero la esperanza y la acción coordinada pueden llevar a un futuro próspero. La seguridad debe ser la prioridad, respaldada por estrategias integrales, recursos adecuados y una colaboración efectiva entre líderes locales y el Gobierno Nacional. El compromiso con el Estado de Derecho, la seguridad, el desarrollo sostenible, la transparencia y la inclusión son los ejes del Acuerdo esencial para construir una Colombia líder regional.
MARTA LUCÍA RAMÍREZ
(Lea todas las columnas de Marta Lucía Ramírez en EL TIEMPO, aquí)
Un futuro esperanzador
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15.01.2024
El año comienza con incertidumbre y pesimismo sobre el futuro en el mundo entero, pero es crucial hacer un llamado a la esperanza. Debemos mirar al mañana con determinación y realismo para construir escenarios de progreso con transparencia, generosidad y compromiso. Invocando a Álvaro Gómez y su llamado a un “acuerdo sobre lo fundamental”, sabemos que Colombia necesita de todos los sectores para fortalecer nuestras instituciones democráticas y fomentar una economía centrada en la educación, el empleo y oportunidades sostenibles e incluyentes.
Este compromiso parte del respeto inequívoco al Estado de Derecho, la eficacia de la justicia y la determinación de garantizar la vida y la seguridad de todos los ciudadanos. Es imperativo reconocer la complejidad de los desafíos y trabajar juntos para lograr un desarrollo que abarque a todo el país.
Hoy la seguridad se presenta como una gran limitante a nuestro desarrollo y bienestar, por lo cual se requiere revisar su estado actual y abordar el........
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