Vuelvo a un tema antes tratado, dada su relevancia para el interés nacional venezolano, así como para cada uno de nosotros como ciudadanos de este país. Tiene que ver con la soberanía nacional, con el derecho que la garantiza junto a nuestras libertades, así como con la paz y la seguridad que son el marco fáctico para que nuestra soberanía, nuestros derechos y libertades, así como el orden jurídico que debe tutelarlos, no se queden en declaraciones vacías, en retórica sin consecuencias prácticas.

No tengo duda acerca de los derechos venezolanos sobre el territorio Esequibo, así como de la pertinencia de la vía diplomática, ajustada al Derecho Internacional para lograr un objetivo que no es simple. Por un lado, se trata de un despojo a Venezuela, entonces un país débil, pobre y caracterizado por la violencia interna que hacía precario su poder público, por parte de un poderoso imperio. Por otro, Guyana independiente se resiste a entregar una alta proporción del territorio que heredó del colonialismo, como nosotros el nuestro del imperio español, ver artículo 10 de la Constitución. Esto lo afirmo, sin perjuicio de reconocer errores político-diplomáticos de graves consecuencias, muy especialmente los derivados de las prioridades del difunto Presidente Chávez, en sus relaciones con nuestro vecino oriental, los estados del CARICOM y los Estados Unidos. El signo personal e ideológico de las mismas las distancia del interés nacional venezolano, así como de las posiciones históricas de nuestro Estado que viene reclamando consistentemente sus derechos desde el gobierno del Presidente Betancourt, con su canciller Falcón Briceño.

Mantengo, sí las reservas expresadas sobre la pertinencia y la conveniencia de someter a referendo consultivo una materia constitucionalmente indiscutible, cuyas consecuencias en el litigio en el que la controversia ha desembocado son nulas, en el mejor de los casos, o pueden incluso menoscabar nuestra posición como país. La escasa popularidad del gobierno convocante es un dato que no conviene ignorar a nadie y sobre todo a él mismo.

Sin perjuicio de esas reservas, mi disposición es a votar en el referendo convocado, porque no quiero contribuir con maniobras propagandísticas que directa o indirectamente, debiliten el acto de votar o dividan interesadamente a los venezolanos.

A las preguntas de la consulta responderé así:

SÍ. Sin la menor duda. Ha sido la posición de Venezuela desde que yo era un niño.

SÍ. Claro. Ese instrumento suscrito por el canciller Iribarren Borges durante el gobierno de Leoni establece el marco jurídico para resolver la controversia según la Carta de Naciones Unidas.

En ésta me abstengo. El 19 de diciembre de 2020 la CIJ decidió que es competente y Venezuela se prepara para presentar sus argumentos en el litigio ya admitido por esa instancia. Carece de utilidad por inoportuno un pronunciamiento popular al respecto. Me abstendría y si el sistema de votación no me diera esa oportunidad, tendría que votar NO.

SÍ, como es lógico. Se trata de un área por delimitar. Esa fue la posición consistente de Venezuela hasta que el difunto Presidente Chávez la cambió en su visita a Guyana en 2004. Volver a ella es crucial.

NO, por lo mismo que a la anterior respondo que SÍ. Sería un acto unilateral sobre un territorio en reclamación, sobre el cual ejerce actualmente la soberanía Guyana y además porque su consecuencia podría ser embarcar al país en un conflicto bélico, expresamente condenado en el Derecho Internacional.

No hay interés personal o parcial por encima del nacional. La propaganda no sustituye la responsabilidad de gobernar. El precio que los venezolanos podemos pagar es demasiado alto.

Ramón Guillermo Aveledo

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Mi voto en el referendo #18Nov

13 0
18.11.2023

Vuelvo a un tema antes tratado, dada su relevancia para el interés nacional venezolano, así como para cada uno de nosotros como ciudadanos de este país. Tiene que ver con la soberanía nacional, con el derecho que la garantiza junto a nuestras libertades, así como con la paz y la seguridad que son el marco fáctico para que nuestra soberanía, nuestros derechos y libertades, así como el orden jurídico que debe tutelarlos, no se queden en declaraciones vacías, en retórica sin consecuencias prácticas.

No tengo duda acerca de los derechos venezolanos sobre el territorio Esequibo, así como de la pertinencia de la vía diplomática, ajustada al Derecho Internacional para lograr un objetivo que no es simple. Por un lado, se trata de un despojo a Venezuela, entonces un país débil, pobre y caracterizado por la violencia interna que hacía precario su poder público, por parte de un poderoso imperio. Por otro, Guyana independiente se resiste a entregar una alta proporción del territorio que heredó del colonialismo, como nosotros el........

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