Se acaba otro año y es ineludible revisar los balances. Cada quien tendrá su interpretación particular, inevitablemente aderezada con las vivencias personales, de tal forma que esperar un consenso más o menos general no es tan sencillo. Este año he visto a algunas personas recibir buenas noticias, y a otro tanto pasarlo muy mal. Parafraseando a Borges creo que nos tocaron, como a todos los hombres, tiempos complejos en que vivir; una frase que siempre he ubicado a medio camino entre el pragmatismo y la esperanza.

Pasaron varias cosas buenas. En nuestra ciudad, el avance definitivo de proyectos como el Ecoparque Ciénaga de Mallorquín y el tren de Bocas de Ceniza, abre nuevos espacios para que los barranquilleros encuentren esparcimiento. En el ámbito nacional, indudablemente fue positivo que el peso frenase su devaluación frente al dólar, brindándonos algo de respiro entre tantas inquietudes referentes a la economía. A nivel global, hasta el medio ambiente encontró alivio: la deforestación de la selva amazónica disminuyó en un 22%, su nivel más bajo en cinco años, una muy buena noticia para todos.

También pasaron cosas malas. Nuestro país se encuentra en un momento delicado, en medio del deterioro del desempeño económico y del aumento de algunos indicadores de inseguridad. El frenazo del PIB es alarmante y requiere acciones inmediatas, mientras tanto, el incremento de los secuestros nos recuerda una época que creíamos superada: vuelven los temores más atávicos, los miedos y las angustias que escalaron la violencia a finales del siglo pasado. La revitalización de las organizaciones armadas, algunas de ellas verdaderas multinacionales del mal, se suman al desorden.

En cuanto a lo feo, quizá lo más llamativo es la persistente intransigencia de algunos sectores del gobierno, más ocupados en defender ideologías y principios que en dedicarse a resolver los problemas que nos agobian. No libres de actitudes prepotentes, parecen seguir empeñados en minar significativamente el papel del sector privado en el desarrollo del país, un error estratégico que puede salir muy caro si no se controla a tiempo. No hay un solo ejemplo de éxito en la historia reciente que permita defender ese capricho.

Nos queda esperar tiempos mejores. Que lo que funciona se mantenga y que se corrijan los desaciertos, que se limen las fricciones y que sea posible encontrar algo de calma para plantear con juicio los mejores derroteros.

Me despido de mis lectores este año con el noble saludo franciscano: «paz y bien», y que la suerte los acompañe. Nos volveremos a encontrar en este espacio la tercera semana de enero, tras un necesario receso de este servidor.

moreno.slagter@yahoo.com

QOSHE - Lo Bueno, Lo Malo y Lo Feo | Columna de Manuel Moreno Slagter - Manuel Moreno Slagter
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Lo Bueno, Lo Malo y Lo Feo | Columna de Manuel Moreno Slagter

6 0
28.12.2023

Se acaba otro año y es ineludible revisar los balances. Cada quien tendrá su interpretación particular, inevitablemente aderezada con las vivencias personales, de tal forma que esperar un consenso más o menos general no es tan sencillo. Este año he visto a algunas personas recibir buenas noticias, y a otro tanto pasarlo muy mal. Parafraseando a Borges creo que nos tocaron, como a todos los hombres, tiempos complejos en que vivir; una frase que siempre he ubicado a medio camino entre el pragmatismo y la esperanza.

Pasaron varias cosas buenas. En nuestra ciudad, el avance definitivo de proyectos como el Ecoparque Ciénaga de Mallorquín y el tren de Bocas de Ceniza, abre........

© El Heraldo


Get it on Google Play