La temporada festiva de fin de año tiene muchos significados, por todo lo que supone en términos de encuentros familiares, descanso, cierres y reuniones. Para los barranquilleros, además, conlleva una bienvenida moderación de los rigores del clima, lo que nos da un respiro del calor por unos meses. Hace un par de semanas, mientras deambulaba por una calle importante hacia el final de la tarde, precisamente aprovechando las agradables brisas que poco a poco iban llegando, me di cuenta de que algo no cuadraba: no se había instalado buena parte de las luces navideñas que en años previos adornaban nuestra ciudad.

En principio la decisión me pareció desconcertante, puesto que durante varios años se había mejorado mucho la calidad de esa ornamentación y, hay que reconocerlo, resultaba muy entretenida, especialmente para los niños. Además, Barranquilla lleva mucho tiempo intentando mejorar su imagen y tratando de venderse como un buen lugar para vivir, y ese tipo de cosas suelen apoyar tales iniciativas. Sin embargo, encuentro que la medida es lógica y coherente con el momento que vivimos, un acierto de la administración distrital para disminuir el gasto que demandaba la instalación completa y la puesta en funcionamiento de las luces navideñas.

Varias veces en este espacio he expresado el valor que tiene gobernar con el ejemplo y actuar con coherencia. La semana pasada criticaba la organización de la COP28 en Dubái precisamente por eso, porque no tenía sentido montarse en aviones y quemar miles de toneladas de kerosene para irse a reunir en la mitad de un desierto, entre otras cosas, a conversar sobre la forma de reducir el uso de kerosene. También resulta curioso observar que algunos de los paladines de la austeridad y la moderación, proclaman sus deseos forrados en ropas carísimas o hacen sus declaraciones desde sus cómodas mansiones. De esa forma el mensaje pierde fuerza.

Llevamos muchos meses quejándonos de las altas tarifas de energía que nos toca pagar en la costa Caribe, sufriendo los embates de la inflación y el desmonte de los subsidios a la gasolina. La mayoría de las personas ha visto algún declive en su poder adquisitivo y está claro que la economía está frenada. En ese contexto, debe priorizarse el recorte, aunque sea temporal, de los gastos que no son imprescindibles, o que estén más afectados por las circunstancias. Bienvenida entonces la decisión de limitar la instalación de las luces navideñas, seguro que vendrán años mejores en los que podremos volver a darnos ese tipo de agasajos.

Por lo pronto, es mejor celebrar la coherencia, al menos en ese aspecto de nuestra cotidianeidad.

moreno.slagter@yahoo.com

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Algo de Coherencia | Columna de Manuel Moreno Slagter

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14.12.2023

La temporada festiva de fin de año tiene muchos significados, por todo lo que supone en términos de encuentros familiares, descanso, cierres y reuniones. Para los barranquilleros, además, conlleva una bienvenida moderación de los rigores del clima, lo que nos da un respiro del calor por unos meses. Hace un par de semanas, mientras deambulaba por una calle importante hacia el final de la tarde, precisamente aprovechando las agradables brisas que poco a poco iban llegando, me di cuenta de que algo no cuadraba: no se había instalado buena parte de las luces navideñas que en años previos adornaban nuestra ciudad.

En principio la decisión me pareció........

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