El relacionamiento es la clave de la inteligencia política. A partir de lo que se conoce se puede crear, modificar, mejorar, favorecer el ecosistema, el entorno y el hábitat de forma amigable con el ambiente. La diversidad contiene la condición natural de la vida. Toda forma de existencia plantea una particularidad integrada al contexto con el que interactúa.

Las regiones potencian la capacidad de los Estados con aportes intangibles desde los cuales la riqueza supera la concepción materialista de la economía. Una nación es tan rica cómo lo es el potencial de sus principios y buenas costumbres. La gente es la fuente invaluable del talento requerido para prosperar.

Pensar las regiones ofrece el capital necesario para comprender los territorios con la cultura, las tradiciones, la moralidad, la dinámica social, económica, política, espiritual e histórica de los pueblos. Sin la particularidad la generalidad es una abstracción irrealizable. El país puede florecer si la semilla de la región es cultivada con el sentido definidor de la unidad. Las regiones unen dejando atrás las xenofobias y los regionalismos si se tiene claro el criterio integrador de la identidad.

Las regiones son los músculos de la nación. Olvidarlo es hacer ejercicio sin propósito dándole a la monotonía la singularidad que aparta la belleza y el potencial colectivo de la realidad social. Es caer en rutinas desgastantes y denigrantes del desarrollo nacional. Este es el momento ideal para vincular el modelo regional considerando la política capaz de fomentar la integración desde cada espacio propio de nuestra región.

Unir las regiones reconociendo sus características, divergencias y principalmente reforzando su pluralidad, es uno de los grandes retos de los países del mundo.

La autonomía no es enemiga de la integración. Es el vínculo perfecto entre lo local, lo regional, lo nacional y lo internacional. Los mejores equipos son aquellos que reconocen el esfuerzo individual en favor de los logros colectivos.

Sin las diferencias es imposible el autorreconocimiento. A partir de la variedad es posible avanzar en la formación de la propia identidad. Una nación tiene en su estructura homogénea el potencial para distinguir a cada individuo y sus colectivos reforzando los valores comunes. Lo común es fundamental si se quiere resaltar la individualidad. Somos a partir de la conciencia de lo que decidimos ser.

Las regiones integradoras siembran en la ciudadanía la conciencia social inspiradora de la cultura política y arraigan la identidad. Son el espíritu ideal en la vanguardia de la nación.

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Regiones integradoras | Columna de Julio César Henríquez

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16.12.2023

El relacionamiento es la clave de la inteligencia política. A partir de lo que se conoce se puede crear, modificar, mejorar, favorecer el ecosistema, el entorno y el hábitat de forma amigable con el ambiente. La diversidad contiene la condición natural de la vida. Toda forma de existencia plantea una particularidad integrada al contexto con el que interactúa.

Las regiones potencian la capacidad de los Estados con aportes intangibles desde los cuales la riqueza supera la concepción materialista de la economía. Una nación es tan rica cómo lo es el potencial de sus principios y buenas costumbres. La gente es la fuente invaluable del talento........

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