El programa que ha lanzado Ferrari® para detectar falsificaciones de sus productos, pudiera convertirse en una práctica común en el mercado. La novedosa estrategia consiste en recompensar a los consumidores que denuncien la presencia de artículos falsificados de la marca Ferrari®, en cualquier parte del mundo en que se encuentren.
Algo destacable de la iniciativa es que es la primera lanzada por una marca mundial para convertir a los consumidores en aliados para luchar contra la presencia de piratería en el mercado, activando la posibilidad de contar con inspectores en todos los rincones del mundo. Este hecho modifica la usual participación de los consumidores que, o son víctimas del engaño, o son cómplices de la estafa, ubicándolos en la posición de poder colaborar con la marca en sus esfuerzos por eliminar productos apócrifos.
De inicio, parecería que la contribución de los consumidores con sus denuncias pudiera ser algo que, con relativa facilidad, la marca podría solventar, sin embargo, es tal el nivel de complejidad que el mercado ha alcanzado, que para cualquier organización supone un reto inmenso. Pensemos, en particular, en las múltiples redes de comercio que se ejercen de manera digital en plataformas y redes sociales alrededor del mundo, muchas de las cuales resultan casi indetectables. Este solo hecho tendrá sin duda un efecto disuasivo en quienes lucran con copias ilegales de la marca.
El programa de lucha contra la falsificación exige que el informe de productos sospechosos identifique el nombre y el domicilio social de la empresa en la que se encuentran los productos que puedan infringir los derechos de Ferrari®, una breve descripción de la infracción y documentación fotográfica que la acredite, así como el número de productos y cualquier otra información que resulte idónea para conocer de forma correcta e inequívoca la infracción denunciada. En caso de que sean varios los denunciantes de una misma infracción, solo será considerado para recompensa el que sea primero en tiempo. La recompensa quedará a criterio de los administradores del programa, sin que existan medios para cuestionarlo.
Es difícil en este momento hacer un pronóstico sobre el éxito del experimento, pero es claro que la plataforma para captar esta información es una apuesta atrevida que podrá generar estadísticas inéditas. Para una marca mundial del nivel de Disney®, Nike®, Adidas®, Mattel® o la propia Ferrari®, contar con un ejército de “inspectores” alrededor del mundo que permanentemente reporten la presencia de productos falsificados, puede construir un mapa altamente preciso, no solo sobre canales y puntos de venta, sino de rutas y movimientos de cargamentos que, bajo las condiciones actuales, resultan casi imposibles de ser rastreados.
Otros interesantes datos que el programa habrá de generar se vincularán con el nivel de respuesta que provoque en los consumidores de los diferentes países, lo que eventualmente podrá reflejar el grado de educación que éstos manifiesten en torno a la presencia de productos pirateados. Un renglón en el que nuestro país, por cierto, no promete tener un desempeño destacado.
Por lo pronto, habrá que abrir bien los ojos y tener a mano el vínculo para reportar productos falsificados a fin de verificar la eficacia del programa y, al propio tiempo, porque no, jugar un rato con un bonito Ferrari® a escala ¡definitivamente auténtico!
Cambia Ferrari® estrategia para combatir piratería
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17.01.2024
El programa que ha lanzado Ferrari® para detectar falsificaciones de sus productos, pudiera convertirse en una práctica común en el mercado. La novedosa estrategia consiste en recompensar a los consumidores que denuncien la presencia de artículos falsificados de la marca Ferrari®, en cualquier parte del mundo en que se encuentren.
Algo destacable de la iniciativa es que es la primera lanzada por una marca mundial para convertir a los consumidores en aliados para luchar contra la presencia de piratería en el mercado, activando la posibilidad de contar con inspectores en todos los rincones del mundo. Este hecho modifica la usual participación de los consumidores que, o son víctimas del engaño, o son cómplices de la estafa, ubicándolos en la posición de poder colaborar con la marca en sus esfuerzos por eliminar productos apócrifos.
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