Hoy no voy a compartir un texto mío… solo quiero dar este espacio, como lo mínimo que puedo hacer para no sentirme cómplice. Para no sentirme indiferente. Para sentir que mi proceso de ser otro no ha sido en vano, y que realmente camino en el bando de quienes quieren hacer la vida de las mujeres segura, sin miedo. De quienes creemos que en esas manos hay una naturaleza vital que es la vibración del cuidado: el cambio de reglas de milenios.

Lamento mucho los eventos que vivieron algunos grupos de mujeres que se juntaron este 8 de marzo: a limpiarse las lágrimas de “un llanto muy viejo”, pero sobre todo a celebrar lo conquistado, contra todo pronóstico y toda lógica, a contarse los nuevos sueños, a juntarse a celebrar la vida que tanto cuidan. Con un tono de una dignidad y una tranquilidad imposibles para mi forma de tocar el teclado, dejo las palabras que expresó la dramagurga y bruja caleña y directora rebelde de teatro rebelde Genny Cuervo, sobre la amarga experiencia de ella, y todas sus hermanas, este 8 de marzo en Cali. Aún no hay paz, ni campo, ni dolor de hermanos.

Es una amiga del alma, y tituló su texto: “AMIGO, Y VOS QUÉ”. Acabo de recibirlo esta noche del 13. No tenía idea. Lo copio textulmente:

En medio de las acciones del 8M, las mujeres de Cali nos tomamos la Plazoleta de las banderas y colgamos una bandera verde con un claro mensaje de nuestras luchas. Sin embargo, un grupo de las barras del América, aludiendo a que no les gusta el color verde y que es su espacio de encuentro de cada ocho días, bajaron nuestro mensaje, agrediendo a algunas mujeres y usando su tendencia a la violencia para amedrentarnos y sacarnos del espacio. Sí, el día en que conmemoramos las luchas femeninas, exigiendo el respeto y el derecho a la vida que insisten en quitarnos. No les importó la razón del encuentro o qué solo íbamos a estar allí un par de horas; no les importó nada. Ni siquiera que ayer nos reunimos con un dolor muy grande, porque los casos de feminicidio han aumentado de forma alarmante o que las mujeres nos sentimos a merced de un virus que va en aumento y nos vemos solas en esta defensa.

Dejaron claro que nada de eso es relevante para ellos.

Y la situación fue un resumen de lo que pasa todos los días frente a la violencia de género: la policía llegó a paso lento, las mujeres nos alejamos para protegernos. Al final, una hilera de policías nos separaba de las barras que seguía agrediendo, tocando sus tambores a todo volumen.

Tratando de rescatar la fe que la unión femenina nos despierta, volvieron los cantos y la juntanza. Pero algo se había roto. Entre la multitud vi un grupo de mujeres llorando, era un llanto viejo. Un recuerdo se había despertado. La justa rabia, de verse de nuevo, amedrentadas, excluidas, burladas, por quienes usan la fuerza y la violencia para hacernos daño.

Entre las manifestantes estaban familiares de las víctimas de los recientes feminicidios. No imagino el dolor y el miedo que sintieron en ese momento, o las memorias que se despertaron en las mujeres que han sido acosadas y abusadas. Porque estemos donde estemos, y con quien estemos, siempre se presenta alguna forma de violencia contra nosotras.

Algunas optaron por minimizar la situación y seguir creyendo, pero yo quise detenerme y preguntar: ¿A los hombres les importa lo que nos está pasando? Si no todos son asesinos, violadores o acosadores, dónde están sus voces confrontando a quienes nos agreden, cómo se están organizando para formarse entre ellos, para transformar sus imaginarios. Además de sentirse ofendidos y victimizarse por ser señalados, ¿Qué están haciendo? No tiene vergüenza de lo que otros hombres hacen. Cómo confrontan la generalización, dónde están las posturas frente a lo que pasó ayer en Cali o lo que pasó en Bogotá con el Esmad gaseando una plaza llena de mujeres manifestantes.

¿Qué dicen los amigos de las barras que la defienden como espacio de organización comunitaria? ¿Cómo se organizan para re-educarse, para que el amigo no golpee a una mujer porque están en un espacio que se autoproclamó propio y usa un color que no le gusta? ¿Dónde están los universitarios, los académicos? ¿Sólo alzan la voz para sentirse confundidos y ofendidos cuando surgen denuncias?

Cientos de mujeres han muerto a manos de sus parejas, ¿Eso nos les da impulso para generar debates, observarse y acompañarse en su sanación?

Nos están dejando solas frente a un conflicto que nace de sus preceptos, sus mitos y sus reacciones ¿Tenemos que inferir que su silencio es una forma de decir que no les importa?

Creo en los cambios que genera la juntaza femenina, en la fuerza que convocamos y movilizamos. Pero, si los hombres no se sienten aludidos y se hacen responsables en sus comunidades, grupos de trabajo o amigos, tardaremos mucho más en ver los cambios que soñamos.

Amigos, si de verdad les afecta, les importa y confrontan. Hagan algo, lideren procesos, armen grupos de trabajo y déjenos ver, de verdad, desde la acción, que contamos con ustedes”.

Genny Cuervo, en nombre de una bandada de hermanas.

Amiga del alma. Qué tristeza que apenas hoy 13 me entero. Eso me hace más ciertas tus demandas. Gracias por la carta, por el dolor de la carta, por las lágrimas de la carta, y por la fuerza de la carta. Gracias por las preguntas que nos enterraste…

Este mundo que ya pronto será cancha de la libertad de nuestras hijas.

QOSHE - Amigas, amigos… - Rubén Mendoza
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Amigas, amigos…

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15.03.2024

Hoy no voy a compartir un texto mío… solo quiero dar este espacio, como lo mínimo que puedo hacer para no sentirme cómplice. Para no sentirme indiferente. Para sentir que mi proceso de ser otro no ha sido en vano, y que realmente camino en el bando de quienes quieren hacer la vida de las mujeres segura, sin miedo. De quienes creemos que en esas manos hay una naturaleza vital que es la vibración del cuidado: el cambio de reglas de milenios.

Lamento mucho los eventos que vivieron algunos grupos de mujeres que se juntaron este 8 de marzo: a limpiarse las lágrimas de “un llanto muy viejo”, pero sobre todo a celebrar lo conquistado, contra todo pronóstico y toda lógica, a contarse los nuevos sueños, a juntarse a celebrar la vida que tanto cuidan. Con un tono de una dignidad y una tranquilidad imposibles para mi forma de tocar el teclado, dejo las palabras que expresó la dramagurga y bruja caleña y directora rebelde de teatro rebelde Genny Cuervo, sobre la amarga experiencia de ella, y todas sus hermanas, este 8 de marzo en Cali. Aún no hay paz, ni campo, ni dolor de hermanos.

Es una amiga del alma, y tituló su texto: “AMIGO, Y VOS QUÉ”. Acabo de recibirlo esta noche del 13. No tenía idea. Lo copio textulmente:

En medio de las acciones del 8M, las mujeres de Cali nos tomamos la Plazoleta de las banderas y colgamos una bandera verde........

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