La impunidad de la calumnia en tiempos digitales
La facilidad con la que hoy se calumnia es brutal. Cualquiera lanza una acusación sin pruebas, mancha reputaciones que tardaron años en construirse y luego se va a dormir tan tranquilo, como si nada.
En un ecosistema donde la desinformación corre más rápido que la verdad, el daño se vuelve irreversible: la duda queda, la sombra permanece y casi nunca hay consecuencias para quien inventa, exagera o de plano miente para manchar la reputación ajena. Es la impunidad social de la palabra suelta, la nueva arma barata del tiempo digital.
Publicidad
Con las redes sociales, el fenómeno se agrava. El anonimato funciona como máscara y megáfono al mismo tiempo: desinhibe, vuelve temerario al que antes callaba y le permite disparar desde la sombra sin medir consecuencias.
Justo como advertía Le Bon, -aunque ahora adaptado-, en la masa digital el individuo se diluye, pierde freno moral y actúa desde la emoción más primaria, no desde la razón. Así, una persona común —que cara a cara no se atrevería ni a elevar la voz— en línea se siente juez, verdugo y experto. Y todo con un clic.
Las redes, por cierto,........





















Toi Staff
Gideon Levy
Sabine Sterk
Penny S. Tee
Mark Travers Ph.d
Gilles Touboul
John Nosta
Daniel Orenstein