Me hubiera encantado añadir a este título que por eso los que sí lo hacen, triunfan; los expresivos son auténticos. Ser expresivo es independiente del grado de timidez o de los factores que conforman nuestra manera de ser; mostrarnos es independiente de cómo seamos, porque el valor es ser uno mismo en nuestras manifestaciones. Las personas más tímidas o introvertidas también se expresan, y puede ser que alguien más extrovertido sea hasta menos expresivo que esa maravillosa timidez; por ello es tan importante no refugiarse y protegerse tanto. Una mirada puede ser más expresiva que cualquier palabra. Una mano que aprieta la tuya durante un segundo es más fuerte que un discurso prolongado…

Me gusta decir que la autenticidad y la ausencia de bloqueo o freno emocional seduce, enamora y nos hace confiables. No se trata de ser algo que no eres, pero tampoco de practicar una contención constante. La timidez enamora si somos capaces de reconocerla y comunicarla en tus encuentros. Genera deseos de protección en la ciudadanía.

Varias razones empujan a reprimir las emociones en política, especialmente cuando gobernamos y ya nos vamos acomodando en ese poder. Básicamente, hay un elemento inconsciente de no confiabilidad en los demás; es lógico, la esfera se amplía y aparece un conjunto de escenarios nuevos que motivan que la partida de ajedrez cambie, junto con la disposición en ese nuevo tablero. Aparecen círculos de poder alrededor de la figura pública que le aumenta, en la mayoría de los casos, el anillo de desconfianza, esencialmente porque a los asesores endogámicos no les atraen las relaciones de su político con ámbitos externos que él o ella pueda liderar; excepcionalidades contadas son las que pueden cambiar ese escenario. El líder político no suele ser consciente de ello y se produce un proceso de ensimismamiento y de tender a cerrar aún más su círculo; justo lo contrario de lo que le beneficiaría. Realmente, la transmisión de sentimientos, sensaciones o muestras de afecto es un proceso de entrenamiento; si lo detienes, pierdes la práctica; es como agradecer, nunca hay que parar de practicarlo…

La figura pública va creciendo en la Agenda Política y es agotador la interacción constante con las personas, por mucho que nos pueda gustar; normalmente si te gusta, te desgasta más aún porque te vuelcas. Por ello, una buena estrategia en la definición de esa Agenda es fundamental. La estrategia tiene que estar presente, para saber dónde estar y dónde no; qué delegar y qué no; para ello, tener una causa es la clave. Es muy interesante una agenda anunciada, porque genera expectativas y por lo tanto mayor interacción.

Las redes sociales también nos hacen ser percibidos bien sea como cercanos, o solos y alejados; cuidemos nuestro contacto, interactuemos y además hablemos en primera persona. No carguemos contenidos políticos exclusivamente; somos personas en la política interactuando con otras personas. Si tienes un mal día, ajusta la Agenda y no te expongas; no pasa nada. Habla de ti, convierte tus logros en historias, realmente tu día a día es como una película. Maneja la ira con limitación, exactamente igual que la euforia. Empiezas a crecer y tu ego, que avanza sigilosamente, también… Empiezas a creer que la ciudadanía tiene que ver poco contigo, percibes que eres admirado o, incluso, deseado. Y empiezas a establecer relaciones diferentes. Quizás en ese plano de superficialidad donde los demás se sienten cómodos. No tienes tiempo y vas a mucha velocidad… Y no somos conscientes de que esa velocidad nos hace pasar por paisajes, playas y rutas tan rápido que es imposible captar el detalle. Incluso no ves ni a esas personas interesantes que te admiran realmente. Yo lo comparo como cuando vas a mucha velocidad en una autopista y no captas los pequeños detalles del paisaje.

Otro aspecto importante es la vulnerabilidad mal entendida; la vulnerabilidad nos acerca, no nos aleja. Los buenos liderazgos están rebosantes de vulnerabilidad. Así lo demuestran los estudios científicos organizacionales en el ámbito psicológico y empresarial. La amnistía que centra hoy el debate político en España, y el desarrollo de la misma, es el resultado de la ausencia de vulnerabilidad en el liderazgo político actual. Si gobiernas con ausencia de este rasgo llegas a sentirte sobrepasado e inmune a las consecuencias. Cuando la persona se diluye en la figura pública se desarrolla una pérdida de valores que incita a cambios también en los asesores; equipos con reducido nivel y mínima capacidad de visión y mediación. Grietas de confianza y consenso. Ruptura del status quo, disonancia, cero empatía y desnudez agresiva para ser capaz de proteger y aunar los intereses de la sociedad. No es otra cosa que los comportamientos de poder y sometimientos clásicos. Consideras que tu objetivo ya no es político, sino personal, y haces todo para poder conservarlo… Rompes los lazos emocionales con la ciudadanía, creando realidades y sentimientos ficticios para que la ciudadanía conecte con ellos y, como de puro marketing, hay que reconocer que funciona. Es de alguna manera lo que estamos viviendo; que quieres ser tantas cosas que ya es imposible saber quién eres…

@EtikMaite etikpolitica.es

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¿Por qué los políticos no son expresivos?

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18.11.2023

Me hubiera encantado añadir a este título que por eso los que sí lo hacen, triunfan; los expresivos son auténticos. Ser expresivo es independiente del grado de timidez o de los factores que conforman nuestra manera de ser; mostrarnos es independiente de cómo seamos, porque el valor es ser uno mismo en nuestras manifestaciones. Las personas más tímidas o introvertidas también se expresan, y puede ser que alguien más extrovertido sea hasta menos expresivo que esa maravillosa timidez; por ello es tan importante no refugiarse y protegerse tanto. Una mirada puede ser más expresiva que cualquier palabra. Una mano que aprieta la tuya durante un segundo es más fuerte que un discurso prolongado…

Me gusta decir que la autenticidad y la ausencia de bloqueo o freno emocional seduce, enamora y nos hace confiables. No se trata de ser algo que no eres, pero tampoco de practicar una contención constante. La timidez enamora si somos capaces de reconocerla y comunicarla en tus encuentros. Genera deseos de protección en la ciudadanía.

Varias razones empujan a reprimir las emociones en política, especialmente cuando gobernamos y ya nos vamos acomodando en ese poder. Básicamente, hay un elemento inconsciente de no confiabilidad en los demás; es lógico, la esfera se amplía y aparece un conjunto........

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