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Hoy no vengo a pedir un cargo; vengo a ofrecer un compromiso

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10.12.2025

La democracia boliviana es un río que fluye por la confianza de su pueblo, y solo se sostiene cuando quienes la custodian caminan con ética, imparcialidad y entrega silenciosa. Como en los grandes relatos de la literatura inglesa, la verdadera autoridad no se proclama; se demuestra en cada decisión, en cada acto que honra la ley y protege la justicia. Servir no es un privilegio; servir es un pacto con la historia, un juramento con la verdad y un abrazo con la equidad.


La voluntad del constituyente boliviano y el legado del Memorándum de 1904 nos recuerdan que las instituciones no se sostienen en palabras, ni en títulos, ni en apariencias. Se sostienen en la integridad de quienes las representan, en la prudencia de quienes deciden y en la firmeza de quienes protegen la voz de cada ciudadano: cada voto que, custodiado, es un acto sagrado; cada resolución justa, un puente entre la ley y la ciudadanía; cada acción ética, un faro en la oscuridad de la incertidumbre.


La función electoral es una de las expresiones más altas de la arquitectura constitucional. No se limita a organizar comicios: custodia la esencia misma del pacto democrático, traduce en hechos la soberanía popular y garantiza que la pluralidad........

© El Deber